Los medios de comunicación en
Europa
Transformación de estructuras en un contexto cambiante
Ronald J. Pohoryles / Philip
Schlesingerl / Ulf Wuggenig
Historias nacionales
específicas y diversos caminos de desregulación conforman hoy diferentes sistemas
de comunicación en Europa. Los interrogantes de la Europa comunitaria y los de
la Europa del Este se suman a este complejo panorama.
Los medios de
comunicación se encuentran conectados al sistema político de un país de forma
inseparable. Por un lado, la radiodifusión y la prensa pueden influir en la
vida política, y por el otro, el marco en el que ambas funcionan recoge la
influencia de la política del país. últimamente, se ha producido un creciente
debate acerca de la potencial internacionalización de las partes en los medios
de comunicación europeos, que resulta poco sorprendente, en medio de un proceso
desigual e impredecible de unificación europea que tiene lugar en la
actualidad.
Dentro de estos procesos
de armonización de alcance más amplio, lo que por el contrario, resulta
extraordinario es que las estructuras de los Medios de Comunicación europeos,
actualmente, sigan exhibiendo un margen bastante considerable de diferencias.
Los resultados de los estudios comparados sobre este punto, coordinados por el
Instituto de Investigaciones Internacionales de Medios de Comunicación del
ICCR, y que se publican en este dossier, podrían resumirse de la siguiente
manera: en países donde antes la regulación de los medios de comunicación era
bastante alta, hoy se lleva a cabo una liberalización controlada. En tanto que,
contrariamente, donde los medios de comunicación habían estado bastante
liberalizados, se producen ahora intentos de mayores controles.
Pero, lo cierto es que un
resumen tan breve es exagerar la simplificación. Los responsables del estudio
creen que los interrogantes respecto a en qué medida debe extenderse la
regulación, y como puede juzgarse la actitud óptima del Estado, son normativas
esenciales en términos de carácter, y por ello se debe decidir de acuerdo con
los valores sociales y políticos de cada uno. Lo que puede ofrecer un análisis
de ciencia política es la relación de cómo funciona una estructura determinada,
así como un intento de explicar todo esto en términos de actividades de los
diferentes actores del sector. Según este punto de vista, y en los términos
expuestos por Charles Lindblom, las estructuras de medios de comunicación son
en parte el resultado de una lucha de poder entre diferentes actores políticos.
En el campo de los medios, en Europa las claves relevantes son:
·El estado
nacional y organismos europeos supranacionales.
·
Organizaciones de medios de comunicación nacionales
competitivas, ya sean públicas o privadas, con sus propios intereses
específicos.
·
Corporaciones de medios trasnacionales, e
instituciones financieras que invierten en medios de comunicación cuando el
panorama es prometedor.
Los lectores de este
informe podrán observar que los actores y las estrategias varían de acuerdo
con contextos determinados. Las empresas nacionales e internacionales privadas
han ejercido presiones para que se incrementen las privatizaciones en aquellos
países donde existen monopolios públicos en el campo de la radiodifusión.
Actualmente, en forma invariable el primer objetivo parece ser el de la radio,
con la televisión siguiéndolo poco después. Donde han tenido lugar liberalizaciones
relativamente controladas, parece que en general las presiones para privatizar
son menos extremas que en aquellos países donde la liberalización
prácticamente no ha existido.
En la mayor parte de los
países europeos la privatización en radiodifusión ha conducido a un proceso
contradictorio de diversificación de sistemas de distribución, y a la concentración
de la propiedad de empresas. Esto tiene sus mejores ejemplos en los casos de la
Europa meridional: la falta de regulación ha llevado al surgimiento de nuevas
instituciones de radiodifusión, pero al mismo tiempo, los grupos de medios de
comunicación más poderosos pueden dominar con facilidad el mercado en una forma
de oligopolio.
Se proporcionará una
categorización general, lejos de ser exhaustiva, de las estructuras de medios
actuales en Europa. Sin embargo, antes de proceder a ello, hay puntos que
deben establecerse sobre la clase de poder que los medios pueden tener en un
sistema político.
La posición que se quiere
exponer aquí es de que no debe subestimarse la influencia indirecta que los
medios pueden ejercer (cf. Pohoryles, 1987). Los estudios de Lindblom sobre el
proceso político en las democracias capitalistas de avanzada ofrecen algunas referencias
bastante valiosas. En este trabajo se trata de sobreestimar el papel
persuasivo, directamente ideológico, de los medios (que puede variar
considerablemente según el sistema de que se trata). Pero resulta de mayor
importancia teórica el análisis general de Lindblom sobre las relaciones entre
la política y el mercado. Para resumir esta tesis brevemente: dado que los
sistemas liberales democráticos funcionan como consensos elitistas no merecen
llamarse democráticos en absoluto. En su lugar, el autor los llama poliarquías.
Según Lindblom las
sociedades industriales occidentales se caracterizan por diferentes elites de
poder, que a la vez que compiten por el poder, también colaboran en la estructura
de poder determinada de la sociedad. Las relaciones entre las elites (en este
caso entre las de los sistemas político y económico) pueden ser explicadas
como de competencia, intercambio y alineación mutua. Llevando aún más allá
este argumento, se puede añadir que las elites dentro de los medios de
comunicación se encuentran en una situación intermedia entre los dos sistemas,
el político y el económico. Ciertamente, los papeles que se desempeñan van más
allá de una simple y directa persuasión. Se puede comenzar a analizar los
medios y sus relaciones con las estructuras de poder dentro de un marco de
rivalidad, competencia y adaptación mutua, sin que al mismo tiempo se niegue
la existencia de intereses dominantes (cf. Schlesinger, 1989). Los diferentes
sistemas de medios de comunicación en Europa pueden compararse sistemáticamente
en términos de las diferentes configuraciones de los actores políticos y
económicos: son éstos los que ejercen una importante influencia sobre el alcance
y los límites de las prácticas regulatorias en cada caso.
Los informes de
investigación aquí recogidos se obtuvieron en el curso del proyecto
comparativo, realizados con el apoyo del Banco Nacional de Austria. Los
estudios realizados han tratado sobre los medios audiovisuales y la prensa
escrita, y en marzo de este año en Viena, se celebró una conferencia de
comparación de todos los análisis con el apoyo del Instituto del Dr. Karl
Renner y del Zukunftswerkstátte. Las contribuciones no se centraron tanto
sobre las políticas de medios de comunicación, o sobre su carencia, sino sobre
los resultados, especialmente las estructuras de los medios.
Como se señaló
anteriormente, las claves de estos análisis deben buscarse en la regulación,
la liberalización y la no regulación. Estructuras de medios totalmente
reguladas han dejado de existir en la Europa de hoy, con la desaparición de los
regímenes totalitarios del continente.
Basándose en estos
estudios se puede proponer las siguientes categorías de bastante amplitud:
-
Países con sistemas liberalizados controlados (Gran
Bretaña, Dinamarca, Suecia y Holanda).
- Países con
regulaciones parciales (Alemania y Austria).
- Países con estructura de medios sin regulación
(Italia y España).
- Países que sobrellevan cambios fundamentales
de sistema (Europa Oriental).
La descripción total de
cada uno de los casos individuales se pueden encontrar en el trabajo
individual de los colaboradores. Pero para el propósito de suministrar un breve
sumario, basta destacar algunas de las características clave de particular
importancia.
1. EL CASO DE LA LIBERALIZACIÓN
Los estudios de los casos
nacionales bajo este título tratan de una forma de liberalización que mantiene
algunas características del sistema de radiodifusión pública, pero al mismo
tiempo permite que los proveedores privados busquen su propio público. Esto
podría llamarse liberalización negociada:
o sea un sistema regulador que limita el número de participantes en el
sector privado, mientras se establecen las condiciones de competencia entre el
sector público y la radiodifusión privada. El modelo original, ejemplar en este
sentido, es el sistema de la televisión británica que abrió el espacio para la
creación del canal privado ITV ya en 1956. Controles públicos, de implantación
legal, existen tanto para la radiodifusión pública como la privada, y ambas
son guiadas por normativas. Este modelo ha sido de gran influencia en el
debate sobre la liberalización del norte europeo y de los Países Bajos.
Sin embargo, en tanto
existen instancias similares en el sector audiovisual, hay diferencias
abismales en el caso de la prensa escrita. Mientras en el Reino Unido el
sector editorial se encuentra altamente centralizado, y basado en Londres, con
la excepción importante de las raíces históricas de Escocia, en Suecia se ha
podido descentralizar por medio de elevadas subvenciones. Sin este sistema de
subvenciones es evidente que el resultado es la concentración de la prensa,
como se desprende de los casos de Dinamarca y Holanda.
2. EL CASO
DE LA REGULACIÓN PARCIAL
En esta instancia, lo que
encontramos es el continuo dominio del sector de la radiodifusión pública si
bien se encuentra bajo una creciente presión de las fuerzas que buscan la
liberalización. Los ejemplos considerados en este caso son los de Alemania,
específicamente lo que era la RFA, y de Austria.
Lo que se considera aquí
de gran interés es que las estructuras de medios en estos países estén
caracterizadas por distintos sistemas de regulación para sectores diferentes.
En Alemania la parcial liberalización de los medios afecta al sector
audiovisual, en tanto los medios de prensa están claramente regulados en
contra de la centralización. Si bien en Alemania el Tribunal constitucional
dictaminó en contra de una radiodifusión privada sin reglamentar, en 1986 y en
1988, la ley alemana no prohíbe la radiodifusión privada. Dado que la
radiodifusión pública responde al régimen federal, ha conducido a la introducción
de la radiodifusión privada en los Lander
(provincias) gobernadas por conservadores o coaliciones de conservadores y
liberales. El dictamen del tribunal constitucional puede considerarse como un
compromiso entre la no‑regulación y el monopolio de radiodifusión
nacional tradicional.
Por otro lado, el sector
de la prensa se encuentra regulado por los controles más severos que se
pueden encontrar en Europa. Para contrarrestar las tendencias hacia la
concentración, el mercado de medios está regulado por la Comisión Federal de
Monopolios. El caso alemán combina la regulación parcial y la diferencial de
los sistemas audiovisual y de la prensa escrita.
En contraste, en Austria
la regulación parcial significa un sistema de radiodifusión totalmente
regulado, y un sector de prensa escrita sin regular. La explicación reside en
el desarrollo de los medios de comunicación. Debido al mercado austriaco
comparativamente pequeño, se ha producido muy poca presión para la
liberalización en el campo audiovisual, y hasta la década de los ochenta, no
se produjeron prácticamente demandas en pro de la radiodifusión privada. El desarrollo
de los medios de prensa escrita ha sido también estable.
En Austria, los debates
sobre la liberalización controlada comenzaron como resultado de la petición de
los medios de la prensa escrita de contar con un canal semi‑privado. Se
consideró que la amplitud de la liberalización solicitada era bastante
limitada, con la radiodifusión pública ORF participando en el canal. Pero
hasta ahora no ha comenzado a funcionar.
La situación cambió
dramáticamente cuando los dos periódicos de mayor alcance (uno de ellos con la
mayor participación en el mercado nacional de toda Europa) fueron adquiridos
en parte por una empresa de medios alemana, y reestructurados de acuerdo con
este propietario común. Por esto se puede considerar el caso austriaco como un
sector audiovisual altamente regulado y un sector de prensa totalmente sin
regular.
3. SISTEMAS
SIN REGULACIÓN
La categorización de sin
regulación resulta demasiado amplia y no se encuentran casos absolutos, si es
que existen, si bien puntos clave quedan ejemplificados por dos de nuestros
estudios. Mientras en España las fuerzas democráticas propusieron la no/regulación
como respuesta al fascismo de Franco, en Italia fue el resultado de presiones
ejercidas por los intereses de medios privados y sus partidarios políticos.
En España la no‑regulación
del sector audiovisual ha conducido no sólo a la competencia entre la radiodifusión
pública y privada, sino también a la competencia dentro del sector privado. En
Italia, donde se ha producido un efectivo sistema doble, de duopolio, los
intereses del sector privado dominante se enfrentan en contra del sector
público en el llamado sistema mixto.
En ambos países, se
registran intentos de regular el campo audiovisual. En España, esto se debe
particularmente al hecho de que muchos grupos privados se encuentran enfrentados
con los socialistas en el poder, que hasta ahora, han apoyado un sistema sin
regulación efectiva, pero han perdido el interés en seguir respaldándolo. En
Italia, los esfuerzos para desarrollar un sistema regulado comenzaron mucho
antes, y queda por verse el resultado práctico de los más recientes cambios legislativos
dirigidos a estabilizar el sistema actual.
4. CAMBIO
ESTRUCTURAL EN EUROPA ORIENTAL
La situación en Europa
Oriental está lejos de ser homogéneo, y se representa en este estudio por dos
casos diferentes: Polonia y Hungría. Claramente, el debate acerca de la reforma
de los medios de comunicación en Europa Oriental es bastante diferente al que
se puede llevar a cabo en el resto del continente. Las diferencias clave
evidentemente tienen que ver con la distinta evolución de dos tipos de sociedad
ideológicamente opuestos, a partir de la Segunda Guerra Mundial. En algunos
casos medios de comunicación de reciente cuño son el producto de la oposición
política a los antiguos regímenes comunistas. Además, hay una apreciable falta
de capital nacional disponible para el desarrollo de los nuevos medios de
comunicación que surgen.
Ambos, los medios nuevos
y los que sobreviven del período comunista, se enfrentan al desafío de una
nueva invasión económica de Europa Occidental en este campo. Hasta ahora, es difícil
poder descubrir un tipo de estrategia clara de parte de las empresas de Europa
Occidental. La excepción es lo que era la Alemania Oriental, donde las actividades
de los medios de comunicación de Alemania Occidental habrán de conducir, probablemente,
a la rápida eliminación tanto de los medios de comunicación del anterior régimen,
como a las nuevas aventuras emprendidas en ese territorio. Actualmente las
inversiones en Europa Oriental siguen representando un alto riesgo, y también
se ven dificultadas por la falta de disponibilidad del profesionalismo de
tipo occidental, que las empresas capitalistas consideran como necesario.
Simplemente, es demasiado temprano aún para tratar de determinar el desarrollo
futuro de los medios en la totalidad de la Europa Oriental. Es posible que
considerables diferencias resulten de la creciente diversificación tanto en
el orden político como económico, con algunos países y sectores más dispuestos
que otros a la penetración occidental.
Este breve resumen constituye
simplemente una invitación para pasar a obtener un cuadro más completo con la
lectura de las colaboraciones particulares. Un interrogante que queda abierto,
y al que seguramente tendremos que volver, es el del impacto más amplio del
Mercado Único para la Europa comunitaria a partir de 1992.
Ciertamente, esto deja
abierto el camino para estudios futuros. Un Mercado único más amplio,
probablemente tenga impacto sobre las estrategias de las principales empresas
privadas de medios, ya sean audiovisuales o de prensa, y las organizaciones de
radiodifusión pública. Tales estrategias tendrán que basarse en perspectivas
transnacionales, y deberán adaptarse continuamente a un entorno cambiante y
volátil. Las estructuras de medios de comunicación en Europa serán determinadas
posiblemente cada vez menos por las acciones exclusivas de los Estados nacionales,
y cada vez más por las fuerzas transnacionales, entre las cuales las empresas
multimedios habrán de desempeñar un papel de crucial importancia. La literatura
existente nos permite el análisis de algunas de estas actividades, pero aún
carecemos de un resumen comprehensivo.
Traductor: Jorge Bosso
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Pohoryles, R., .What Power the Media?
The Influence of the Media in Public Affairs: An Austrian Case Study», Media, Culture and Society, vol, 9, n°
2, April 1987, pp. 209‑236.
Schlesinger, Ph., .Rethinldng the
Sociology of Journalism:
Source Strategies and the Limits of
Media Centrism» in: