Austria
Concentración sin
restricciones
Roman Hummel
Mientras que los intentos de desregulación en la
radiodifusión han fracasado, la prensa ofrece altos índices de concentración y de
penetración extranjera. Ni leyes ni programas políticos dan soluciones a esta
situación.
En los últimos años, el debate que ha tenido lugar
en Austria con respecto a la política de medios de comunicación públicos ha
girado en torno a tres temas principales: la concentración de la prensa
actualmente, la creciente influencia extranjera en el mercado de los periódicos
nacionales y el problema que representa la liberalización del modelo de
radiodifusión en este país. Sin embargo, hasta el momento el debate ha probado
ser fútil en todos sus aspectos.
Las únicas dos medidas tangibles en lo que respecta
a política de medios de comunicación, dirigidas a un cambio en el statu quo de
la legislación de radiodifusión vigente, resultaron fallidas (el éxito de esas
acciones, de cualquier manera, simplemente hubiera incrementado la precaria
concentración de la prensa). A principios de diciembre de 1989 se celebró un
«referéndum para garantizar la libertad de radiodifusión», a iniciativa del partido
conservador Freedomite, que demandaba
la admisión de algunas estaciones de radio privadas sin que se dieran detalles
específicos. Este plebiscito obtuvo el apoyo del 1,96 por ciento del
electorado, convirtiéndose en el de nivel de participación más bajo que se haya
celebrado en Austria.
Previamente, una propuesta conjunta de los
directivos de la ORF y de la Asociación de Editores y Directores de periódicos
austriacos (VOEZ), para comenzar una nueva regulación de radiodifusión de
carácter limitado obtuvo muy poco respaldo (1).
Uno de los factores que quizá ha contribuido a su
fracaso puede ser el hecho de la denominación de Radio Print que se le dio a
la propuesta, lo que evidentemente dejó expuestas las intenciones de
concentración Inter‑Medios.
No obstante, los motivos invocados para rechazar la
propuesta son diferentes: los partidos conservadores (FPO, OVP) son de la opinión
de que la liberalización no es lo suficientemente amplia, en tanto que la
Confederación de sindicatos austríacos (OGB) cree que conduce hacia un doble
monopolio en el campo de las editoriales y la radiodifusión. El partido de los
verdes representado en el Parlamento no cuenta sin embargo con un proyecto de
radiodifusión todavía [y en este aspecto tiene la misma posición que el partido
de mayor representación parlamentaria, el socialista (SPO)], pero en un
documento de debate interno expresa sus objeciones en contra de cualquier tipo
de liberalización de la radiodifusión orientada comercialmente (STROBL, 1989).
La actitud del socialista SPO, como queda en evidencia en su proyecto de
programa Socialdemocracia 2000 (HIPA Media, 22 de noviembre de 1989), puede
interpretarse como con cierta implicación de apoyo para la propuesta Radio‑Print.
Según expresa en ese documento, «las transmisiones de radio regionales y
comerciales deberían estar sometidas a las mismas condiciones legales como
radiodifusión de servicio público, y la concesión de licencias debe convertirse
de forma tal que impida la creación de monopolios institucionales regionales».
El segundo partido de representación parlamentaria, el OVP en sus «Líneas
rectoras para una política de medios de comunicación» (APA Media, 11 de octubre de 1989) aboga por «una apertura paso a paso
de las transmisiones de radio y televisión hacia la integración de los
proveedores de programas privados». Para luego añadir: «El monopolio de la
radiodifusión según su constitución actual ha dejado de ser el adecuado a los
desarrollos sociales, técnicos, y económicos alcanzados en Europa», Pero después
de las elecciones de este año en octubre, la organización de una radiodifusión
privada puede convertirse con suma facilidad en un tema de conciliación entre
socialistas y conservadores, al tratar de formar un nuevo gabinete.
Por su parte, la ORF tiende a apuntar al pluralismo
existente en Austria, y que está en verdad disponible para los oyentes y televidentes,
sea por transmisión por cable, satélite o terrestre. En términos reales, el
alcance de transmisión y cobertura diario de la televisión de la ORF llega al
71 por ciento de la población adulta, en tanto que el total de todas las
transmisiones extranjeras de televisión que llegan a Austria alcanzan a poco
más del 7 por ciento. (Informe sobre medios de la ORF, 373, 3ff.) Estos
resultados son perfectamente satisfactorios para la ORF, si consideramos un
21 por ciento de cuota por cable para todos los hogares austriacos para fines
de 1989, que ofrece la oportunidad de recepción de hasta 10 canales
extranjeros, especialmente cuando el período de tiempo promedio en que se ve
televisión diariamente ha aumentado desde 1985 en favor de los programas de la
ORF (En 1989 el tiempo a ver los programas de la ORF alcanzó un promedio diario
de 108 minutos, en tanto que el tiempo dedicado a las transmisiones
extranjeras solamente llegó a alcanzar un promedio diario de 7 minutos.)
El total del período de tiempo dedicado a ver
televisión permaneció sin cambios. Por lo demás, la estabilidad en la
estadística de la dedicación que presta a la televisión la población en
Austria, durante los últimos 15 años, como en otros países industrializados
comparables, no muestra signos evidentes de una «adicción general a la
televisión» que cause una disminución en la afición por la lectura (HUMMEL
1989).
El promedio de cobertura radial en cuanto a oyentes
se refiere alcanza alrededor del 73 por ciento, con las emisoras regionales, dedicadas
principalmente a la cultura basada en el folclore austriaco, captando cerca del
41 por ciento de la audiencia nacional, la estación 03 de música pop que logra
aproximadamente un 38 por ciento, y la emisora 01 de programación más
sofisticada con el 5 por ciento de oyentes. Programas de radios privadas
extranjeras, según la disposición geográfica de cada región, logran algunos
porcentajes reducidos de oyentes.
Los temores de que la liberalización de la
radiodifusión en Austria den como consecuencia una concentración de prensa
intensificada, no son totalmente infundados. El tabloide Neue Kronenzeitung
con su cobertura del 42,2 por ciento (según APA Media, 31 de enero de 1990), no es solamente el periódico más
leído en Austria, sino también comparativamente el de mayor distribución en el
mundo. El segundo periódico en importancia en Austria, el Kurier, con una
cobertura del 14,8 por ciento, es superado nada menos que por dos tercios. Sin
embargo, en 1988 estos dos periódicos líderes quedaron relacionados mediante
una participación del 45 por ciento en cada uno de ellos, de parte de la
corporación alemana de medios de comunicación WAZ. En la actualidad, por los
propios efectos resultantes (imprentas, administración y distribución ya se han
unificado), intentan expandir su poder de mercado.
A partir de fines de 1988 y principios de
1989, la empresa editorial gigante de Alemania Federal, Springer, pasó a
adquirir una cantidad desconocida de acciones, pero probablemente bastante
considerable, del periódico liberal Standard, y del Tiroler Tageszeitung,
este último el que marcha a la cabeza del mercado en el Tirol. Por tanto, más
del 61 por ciento de los periódicos en circulación en Austria se imprime en una
sola editorial, cuya propiedad en gran medida está en manos extranjeras.
En cuanto a publicidad, los tres diarios de mayor
circulación, Neue Kronenzeitung, el Kurier, y el Kleine Zeitung, absorben los
dos tercios de inversiones publicitarias de los artículos de marca, dejando
que el resto se lo repartan 31 periódicos. (APA Media, 22 de abril de 1988.)
A1 mismo tiempo en los últimos cinco años las
subvenciones públicas a las editoras de periódicos descendieron de cerca de 130
millones a alrededor de 100 millones de chelines austríacos. En este aspecto
hay que señalar la peculiaridad austríaca de que más de la mitad de las
subvenciones se conceden en forma pareja, por el principio de goteo, a todos
los periódicos, incluyendo los de mayor circulación en el país.
La situación austríaca se presta a sí misma para
mejor ejemplificar de forma vívida los efectos de la concentración de los
medios de comunicación. El peligro potencial que puede resultar.
1. DEL RESULTANTE PODER DEL MERCADO. SUS ASPECTOS PARTICULARES SON:
1.1
Capitalización superior
Con respecto a sus competidores, les permite estar
mejor equipados técnicamente, lo que a su vez aporta ventajas de mercado: desde
mediados de este año el Kronenzeitung se imprime no sólo en Viena sino también
en el sur de Austria. Esto ahorra gastos de transporte, a la vez que elimina
las desventajas de ser considerado supra‑regional frente a la prensa
local. Se proporcionan los medios para que se realice una edición cambiada del
periódico. En 1992 se llevará a cabo un proyecto conjunto similar del Kurier y
el Kronenzeitung para Salzburgo.
1.2 Mejor distribución
Aproximadamente, un tercio de la distribución en
Viena del Kronenzeitung corre a cargo de los propios revendedores con que
cuenta el periódico, que se encargan de transportar las ediciones durante el
tráfico de la mañana, o de la tarde, hasta los puestos de venta, pero también
pasando por otros lugares como pubs y restaurantes, etc. Aparte de las cifras
de venta que se alcanzan, se logra un considerable impacto publicitario, dado
que se obliga a los que trabajan en la reventa (se trata casi exclusivamente
de extranjeros miserablemente pagados), a vestir ropas y sombreros coloridos
que lucen el emblema del periódico.
Después de la participación en capital de la
corporación WAZ, el Kronenzeitung y el Kurier
han unificado su reventa, y en la actualidad pueden cubrir totalmente la
ciudad, y dominar su mercado, en perjuicio de los demás periódicos, como por
ejemplo en Viena, Presse, AZ, Standard.
1.3 Medidas de dumping en
distribución y en publicidad
Su poder empresarial otorga al Kronenzeitung en particular una ventaja competitiva que puede
utilizar frecuentemente hasta más allá de los límites de la legalidad. (Si bien
es cierto que esto lo comparte con otros miembros de la prensa de boulevard, entre ellos el semanario de
mayor circulación Die ganze Woche,
que tiene una cobertura del 36,5 por ciento, y que fue fundado por el anterior
accionista de este periódico, Kurt Falk.) Estos métodos incluyen juegos de azar
(por ejemplo, bingo), que se llevan a cabo en las páginas del periódico,
ejemplares gratuitos, suscripciones temporales gratuitas, etc. En lo que respecta
al mercado publicitario, se ofrecen suscripciones de combinación, en parte a tarifas
reducidas, a los medios relacionados. Junto con los periódicos mencionados de
gran circulación la corporación WAZ adquirió intereses en dos semanarios de la
misma editorial, que ahora al igual que una revista de pintura, y varias
publicaciones de distribución gratuita, se encuentran bajo su control
conjunto. Entonces, puede introducir también el elemento de negociación en el
campo de publicidad, ofreciendo anuncios a precios especiales, que algunas
veces llegan a ser una fracción de las tarifas normales.
1.4 Tarifas preferenciales per 1.000 en publicidad
Por su gran cobertura el Kronenzeitung puede ofrecer tarifas de publicidad a razón de 96,5
chelines austríacos por mil lectores, en tanto que los periódicos regionales
deben pedir de una a cuatro veces esas tarifas, y los dos diarios más pequeños
(el oficial Wiener Zeitung, y el comunista Vollcsstimme) hasta 12 veces.
Además, por razones que no se han podido aclarar hasta el momento, la industria
de la publicidad en Austria prefiere en gran medida patrocinar los medios de
comunicación supra‑regionales que tienen mayor alcance, aun a costa de
aceptar las pérdidas que puede originar.
1.5
Auto‑publicidad, resultante en una sobre‑estimación de la cobertura
Para que en Austria un periódico marche a la cabeza
sea regionalmente, o supraregionalmente, debe contar con una situación casi
monopólica. Por ello, el diario Kronenzeitung,
en Viena y la Baja Austria, alcanza por encima del 50 por ciento, y más del 57
por ciento en Bugenland (OPTIMA 1989). En el Tirol, el Tiroler Tageszeitung
demuestra una cobertura del 54 por ciento, en tanto que el VorarIberger Nachrichten llega a cerca del
65 por ciento. Como estos periódicos no sólo son los más leídos en las regiones
de su distribución, sino que pueden reclamar cierta exclusividad con su
práctica omnipresencia en las respectivas zonas debido a publicidad múltiple,
pueden beneficiarse constantemente de una especie de estimación preconcebida,
que resulta muy difícil de corregir.
2.
PODER DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Desde el punto de vista austriaco, hay tres
elementos principales que ponen en peligro el pluralismo en el flujo de
información:
2.1 Creación de una agenda concentrada
Una de las formas propias de este fenómeno,
practicada principalmente por el grupo Kurier, consiste en hacer uso deliberado
de publicaciones, sean diarias, semanales o mensuales, para tratar de vender en
el mercado un solo reportaje, y así lograr imbuir de exagerada significación a
un tema tal vez algo marginal. Esto se realiza especialmente por medio de
citar, o de hacer referencia entre sí, en las publicaciones propias.
2.2 Campañas
Durante su existencia, el Kronenzeitung en particular se ha dedicado a mantener campañas o
verdaderas batallas, durante días o semanas, en pro o en contra de algún caso
tópico particular, o se ha ocupado en realidad en crear un tema hasta
convertirlo en algo de interés público. En este aspecto, se ha recurrido a
reportajes políticos y noticias, y las dedicadas a los animales domésticos se
han usado alguna vez.
Así este periódico, en particular, hizo suya la
campaña en pro de la construcción de la autopista del sur, en contra del proyecto
de la central eléctrica de Hainburg, en el Danubio, en favor de Waldhein,
cuando era candidato a la presidencia, y últimamente en favor de la abolición
de la conscripción militar, y que sea reemplazada por un ejército profesional
regular.
2.3 La presión política
El Kronenzeitung
se puede adjudicar el éxito al haber maquinado la caída del alcalde de
Viena, a partir de un asunto trivial, como puede haber sido la apertura al
público de los predios del observatorio. La significación política de los
periódicos que ejercen un casi monopolio (por ejemplo, el Yorarlberger Nachrichten también se ha anotado
repetidos éxitos al intervenir tomando partido en ciertos asuntos políticos de
la provincia), se deriva no tanto de la directa influencia sobre sus lectores,
sino en la influencia que se les llega a atribuir en el criterio de los mismos
políticos, debido al elevado grado de distribución de esos periódicos.
(GEHMACHER 1985.)
Los restantes 16 periódicos existentes en Austria,
uno cerró hace tan sólo algunos meses, representan el Indice pluralista de dos diarios por cada millón de habitantes.
Por contraste, en la República Federal de Alemania,
la cifra alcanzaba a seis, en tanto que en Suiza es de 24. En la Comunidad Económica
Europea el promedio sigue siendo de tres periódicos por cada millón de habitantes,
de todas maneras. (KLEINSTEUBER et al. 1986; LUYKEN 1989.) Sin embargo, en 1970
Austria contaba aún con 33 unidades periodísticas independientes (MEDIAREPORT
II). Los periódicos de los partidos políticos fueron particularmente los que
fueron cerrando, o se vendieron, como el respetado ArbeiterZeitung el año pasado. En la actualidad sólo continúan
tres periódicos emparentados con partidos políticos (del SPO, OVP y KPO), y luchan
duramente para sobrevivir económicamente. En tanto que en 1953 se atribuía a
los periódicos de partidos políticos el 50 por ciento del total de prensa en
distribución (MEDIAREPORT II), su participación ha llegado a declinar hasta un
8 por ciento en 1989.
Otro punto a destacar: Austria no cuenta con una ley
anti‑trust generalmente establecida que pueda hacer posible el control de
las fusiones de empresas. «Si el mero deterioro de la estructura de mercado
causado por una empresa que domina el mismo al fusionarse con otra empresa
realmente constituye un abuso de una posición de dominio, es algo que aún no se
ha debatido en Austria» (AICHER 1988). Esto hace difícil el control de la
fusión de empresas de prensa desde el punto de vista legal, aparte del hecho
que sólo tendría sentido la descartelización retroactiva, en vista del actual
estado de concentración de prensa. Sin embargo, es poco factible, si se
considera el grado de anulación de los derechos de propiedad de los editores
que sería necesario.
El proyecto de programa Sozialdemokratic 2000 se ocupa meramente de demandar en términos
generales que «se lleve a cabo una efectiva y decidida oposición a nuevas concentraciones
en el sector de los medios de comunicación, aunque todas las poderosas empresas
de medios traten de hacer lo posible para impedirlo» (HIPA‑Media, 22 de noviembre de 1989). El Partido del Pueblo
austriacoo, en sus líneas rectoras de política de medios de comunicación,
recomienda el aumento y la mejora estructural de la asistencia que el Estado
debe prestar a la prensa.
Además, declara que «provisiones anti‑trust,
tales como se han implantado en otros países, deberían servir para evitar la
distorsión de la competencia en el campo editorial, y asegurar la libertad de
prensa». El documento de discusión de la Alternativa Verde (STROBL 1989) declara:
«La Alternativa Verde también debe declararse culpable de la acusación de
haber fracasado en el establecimiento de una estrategia para combatir la
concentración de medios de comunicación. Cuanto mayor sea la concentración,
más desesperados resultarán nuestros esfuerzos para llevar a cabo una política
en este sentido. ¿Quién nos apoyaría, entonces, en la prensa? Debemos
abocarnos inmediatamente a elaborar un proyecto de ley anti‑trust?>.
Todo parece suponer que la única posibilidad,
aunque modesta, de acción efectiva en el tema de la política de medios de
comunicación, queda en manos de los grupos de presión (sindicatos, etc.) de
los mismos trabajadores de los medios.
Unos 75.000 empleados trabajan en la industria
austriaca de los derechos intelectuales, que representan una producción neta
que alcanza 26,6 miles de millones de chelines (SCHEUCH/HOLZMULLER 1989).
Según esas mismas fuentes, en 1986 cerca de 32.000 estaban empleados en el
sector de los medios de comunicación, la prensa y la radiodifusión, entre
ellos, unos 6.000 periodistas. En la actualidad, hay una tendencia a discutir
la probabilidad de un sindicato unificado. Las mismas nuevas tecnologías que se
implantan han causado que periodistas, técnicos y empleados editoriales,
encuentren que sus tareas se van uniendo y correlacionando entre sí. Lo cierto
es que una organización sindical podría ser perfectamente capaz, gracias a la
propia fuerza de su unión (el grado de sindicalización entre periodistas es en
la actualidad del 60 por ciento, en tanto que los técnicos gráficos llegan a
más de 80 por ciento), de producir cambios en el sector por medio de tácticas
de fuerza política (2).
Traductor: Jorge Bosso
(1) En Austria, es aconsejable que los posibles
responsables de radiodifusión privada lleguen a un acuerdo con la ORF primero,
porque en contraste con otros países, todas las instalaciones de radiodifusión
le pertenecen. Segundo, porque según una cláusula de la Constitución vigente
desde 1974, no sólo es obligatoria la imparcialidad de información, y la
diversidad de opiniones, sino también declara .la radiodifusión como función
pública». (Ley constitucional federal, 10‑7‑74, art. I.)
(2) Por ello, los tres sindicatos activos en
el sector de los medios de comunicación, de periodistas, de gráficos y de
empleados, lograron firmar en 1981 y en 1989 convenios colectivos que
contemplan el trabajo con sistemas por ordenador (sistemas de procesamiento de
textos e imagen integrados), y que en muchos aspectos pueden considerarse como
verdaderos logros de importancia en toda Europa.