Las cabeceras de prensa diaria
Antiguas
y nuevas tendencias
Fernando Lallana
Las manchetas
de los periódicos componen un arte de comunicación. Tipografías, colores,
formas y simbologías obedecen a modas cambiantes. Pero en las cabeceras
actuales pueden distinguirse tres grandes líneas.
El Mundo del siglo
veintiuno que acaba de salir a los quioscos no es
precisamente una mancheta futurista en su concepción. Se ha elegido una
tipografía clásica dentro de las familias egipcias y su toque más atrevido se
limita a introducir el globo terráqueo en verde, algo que ya se hizo hace
muchos años en la prensa europea. En cuanto a la coda del siglo en redondas, de
la misma familia tipográfica pero de mucho menor cuerpo, sólo se explica cuando
se trata de salvar el registro de la propiedad de un nombre que ya está
registrado.
Mayor acierto nos parece,
desde un plano formal, el conseguido en el rediseño de «La Vanguardia». Se han fundido uniendo los trazos AN y ARD, dando así mas
ritmo a su lectura que se resalta en negativo sobre una masa de azul y rojo.
Sobre su mancheta siempre se ofrece una línea de texto en rojo. La suma de los
dos elementos con los blancos de la data aligeran el peso del azul y nos llevan
a los colores catalanes «blau/grana».
Asimismo, la aparición en
el mercado de dos nuevos productos de prensa diaria, dentro del sector
económico, nos lleva a plantear un análisis del elemento más importante como
identificación de un periódico: su cabecera.
Tanto en «La gaceta de
los negocios», editada por Zeta, como en «la economía», de corta vida, del
Grupo 16, hay una serie de elementos que se apartan de la estructura
tradicional de una mancheta, más en la primera que en la segunda. Pero antes de
entrar en su estudio detallado convendría que repasáramos algunas cabeceras
clásicas y viéramos las constantes, así como la evolución y la incidencia que
han provocado otras publicaciones, como semanarios o el último medio
informativo, la televisión, que ha generado una nueva línea al buscar los
periódicos su mismo lenguaje visual.
MODELOS
CLÁSICOS
El primer día de enero de
1785 se publica por primera vez «The daily universal register», hace
cuatro años su continuador «The Times» celebró su
segundo centenario incluyendo el facsímil de aquella primera edición. Es
curioso que la medida en milímetros de altura sea la misma, 70, que la de la
nueva publicación de Zeta. En los elementos que componen esta cabecera domina
en superficie el escudo con la leyenda «Dieu et mon Droit».
De la corona se extienden a ambos lados unas hojas de trazado clásico, al lado
izquierdo un león rampante y un caballo en el derecho soportan el escudo.
Los tipos empleados para
el nombre del diario «The daily»
son rabiosamente recientes: trazos negros iluminados por la izquierda con un
vaciado blanco. Esta misma tipografía la han recuperado «The
daily telegraph» y «The Independent», con mayor
volumen únicamente, por citar sólo dos ejemplos más próximos a ese mercado
inglés.
EL CASO DE « USA TODAY»
Como contraste estudiemos
la nueva cabecera que está imponiendo su estilo desde su aparición en el
mercado. Nos referimos a «USA Today».
La gran diferencia con las manchetas tradicionales
consiste fundamentalmente en que sus tipos se encuentran vaciados en blanco
sobre una superficie de 135 por 85 milímetros. Este rectángulo recuerda
inevitablemente la pantalla de un televisor porque tiene casi idéntica
proporción y proque sus elementos ¡cónicos, al ser negativados en el fondo azul, nos llevan a recordar el
tubo catódico de la pantalla. Por si hubiera alguna
duda en esta afirmación, el globo terráqueo situado en primer lugar está barrido
por unas líneas azules y blancas, similares a las 625 líneas, que nos vuelven
a recordar la pantalla.
Otro de los aciertos es
la fusión de los trazos de las letras que se comunican con el blanco de una a
otra, salvo en la primera y última. Es, además, una tipografía muy fuerte, sin
remates, para aligerar la densidad y el peso del azul. Subrayado con una barra
en azul y texto por blanco lleva la leyenda de «NO. 1 IN THE USA... 6,3 MILLION
READERS EVERY DAY». En la parte alta, inmediatamente
después de los precios en todo el mundo para la edición internacional, vuelve a
repetir la barra azul con la leyenda «THE NATION”S NEWSPAPER». A la izquierda, «VÍA SATÉLITE» y a la derecha,
«INTERNATIONAL EDITION».
El azul de la mancheta
está amortiguado con un tanto por ciento de magenta. En la esquina interior
derecha, siempre con la misma fórmula de vaciar en blanco, figura el
«copyright». Hemos detectado una lectura subliminal
en la utilización de los colores que figuran dentro de los recuadros que
arropan a izquierda y derecha la mancheta del gigante americano. Se trata de
la constante utilización de manchas rojas, en recuadros y franjas para las
llamadas a otros temas de interior. El resultado es evocar los colores de la
bandera nacional. Incluso hay un pequeño detalle que nos lleva más lejos en
nuestra apreciación. Si observamos el globo de la tierra, en él encontramos
nuevamente algunas manipulaciones. En primer lugar, la sombra de la derecha que
se genera al iluminar por la izquierda hace que las líneas de luz se hagan más finas o tenues creando una media luna una vez
que abandona el continente americano, pero esto no debía ser óbice para que
figurara más suave, por su situación a la derecha, tanto el continente
africano como Europa. Es decir, se nos ha barrido en la simplificación.
En cuanto a la superficie
que ocupa el cono sur, Latinoamérica, hay también una nueva deformación.
Ahora no se ha barrido, pero su espacio es sensiblemente menor, cuando basta
observar un mapa o recurrir a la superficie en kilómetros cuadrados para darnos
cuenta que el terreno es dejado a la mitad de la realidad. Y finalmente, hay
una divertida interpretación fruto en principio de la casualidad. En nuestro
minucioso análisis de la cabecera detectamos una mancha azul minúscula muy
próxima a la costa Oeste, que en un primer juicio nos pareció la típica mancha
o mota de plancha que no se ha eliminado antes de imprimir. Pero al ver que
figuraba en todos los ejemplares examinados y en todas las ediciones decidimos
averiguar cuál sería su causa. En el mapa de los Estados Unidos,
efectivamente, la mancha podría corresponder al lago Salado, próximo a Lake City, por lo tanto, la mancha
bien podría ser este lago, pero nuevamente entramos en una fuerte
contradicción: si figura el lago Salado, ¿por qué no figuran los Grandes Lagos?
Evidentemente se trata de una nueva manipulación, ya que los Grandes Lagos
tienen una extensión superficial mucho mayor que el
Salado. La asociación de ideas fue inmediata. La mota nos
hace más fácil identificar el contorno con el símbolo de uno de los partidos
políticos: el elefante. Y el lago Salado nos ayuda a
la deducción porque representa el ojo del paquidermo, igual que América
Central ha perdido la península del Yucatán y han desaparecido las Antillas,
incluida Cuba. Pero a cambio la trompa del elefante se define con mucha más
nitidez.
Si figura un partido con
su símbolo, debería estar el burro de la facción contraria y esto daría
consistencia a la interpretación del elefante. Basta invertir el diario, pero
en realidad no es necesario, ya que nuestro cerebro hace una lectura espacial
de las formas cualquiera que sea la posición en que se
encuentren los elementos. En efecto, la península de Terranova es la cabeza;
América Central, antes la trompa, se convierte ahora en la cola, y las manchas
superiores son fácilmente asumibles como los cascos
del jumento. De nuevo en la simplificación han desaparecido otros territorios
que podrían crear distorsiones a esta lectura subliminal. Es algo tan elemental
como cuando nosotros asociamos nuestro territorio a la piel extendida de un toro,
¿por qué no se habría de emplear este recurso en un elemento que se
reproducirá todos los días y que incluso será también repetido por otros
medios a la hora de citarlo, consiguiendo así una mayor eficacia en el mensaje
informativo?
VERSIONES
MUNDIALES
Evidentemente las copias inumerables de la mancheta de «USA Today»,
además de su estilo en diseño, se han hecho en todo el mundo y no sólo en
España. Pero si vemos la solución española en el caso de «La Gaceta de los
Negocios», en la traslación nacional se han olvidado de introducir algunas de
las grandes ventajas que ofrece el modelo norteamericano. Los tipos que se
han empleado son de redonda en los de menor volumen y no de negra como lleva
«USA Today» y los trazos de la mancheta en las
palabras más valoradas tampoco alcanzan a crear el blanco que produce el original.
El resultado es una superficie mucho mayor de tinta azul en una cuadrícula de
unas dimensiones que crean un peso muy fuerte sobre los otros elementos. Finalmente
hay demasiadas palabras, hasta veinte unidades, mientras el americano se queda
en un 25 por ciento menos. Y un último detalle, Zeta emplea sólo el cian, por
lo tanto se hace más chillón, sin matizarlo con magenta para reducir su
luminosidad. En las manchas próximas se sigue una técnica de recuadros con
fondos como en «USA Today».
En nuestro mercado hay
otro diario que ha remodelado su mancheta siguiendo la misma trayectoria. Nos
referimos a «Deia», aunque aquí sí se ha seguido con
más precisión el modelo original, ya que las letras son muy compactas y
llegan a fundir la i y la a en sus trazos. La tinta es de un azul mucho más denso. La integración regional hubiera sido más exacta
empleando verde. Igualmente «Nuevo Basket Semanal»,
primero en el tiempo, ejecuta con la misma fórmula su mancheta «NB».
Fuera de nuestro país se
ha imitado en Turquía, Japón y Noruega. En la nueva solución de «Le Monde»
para sus monográficos que conmemoran la Revolución Francesa, el rotativo galo
ha elegido una mancheta de 12 por 7 centímetros en fondo rojo con texto por
blanco. Es decir, una nueva evocación del televisor, aunque en esta ocasión
con otra tinta y también situada al centro del ejemplar, mientras el nombre
del diario se sitúa centrado sobre la mancha roja en un volumen sensiblemente
menor.
Los propios cargos de
dirección de < USA Today»
reconocen en sus declaraciones que en la concepción del nuevo periódico se busca
intencionadamente el lenguaje de la televisión. Puesto que los lectores ven
más televisión, hay que acercarse a sus formas de expresión. Los «Sanpshots», dibujos o gráficos con un alto contenido de
datos sobre encuestas en la sociedad americana, vuelven a reflejar el formato
de un televisor. Siempre se plantean con las mismas dimensiones, nunca se
ofrecen verticalizados. En ellos figuran
predominantemente la representación de personas o estadísticas resueltas con
profusión de colores en sus fondos y ventanas de datos como lo haría un
televisor. Fuera del gráfico no se da ningún nuevo dato, no hace falta leer.
Basta con analizar las cifras y los volúmenes que ocupan en su representación
para entender el mensaje.
La cabecera que también
hemos incluido en este trabajo, «la economía», del Grupo 16, ya cerrado por
dificultades en sus ventas, se ha ejecutado con un planteamiento formal más
clásico. Pero aporta nuevas variantes. Sólo se utiliza la caja baja, es decir,
ni siquiera la inicial primera merece mayúscula. Se sigue el mismo diseño que
sirvió para crear «cambio» (en su época fue más llamativo este atrevimiento,
hoy ya son innumerables las manchetas que no toman
versales al inicar texto, por ejemplo «la Repubblica» italiana). Se han
elegido tipos condensados para crear más fuerza y la nota más original figura
en el acento de la última sílaba. El trazo se convierte
en el triángulo del grupo, mucho más reducido naturalmente, además de incluir
en su interior por blanco el número 16. El último elemento se adentra de nuevo
en fórmulas nuevas, la cabecera se subraya con cinco milímetros de trama
gris, subrayada con siete milímetros de blanco, en donde se
incluye la data. En ambos lados de la mancheta, retorno a soluciones clásicas
con las llamadas de páginas a los temas de interior. La altura total alcanza
los 47 milímetros.
En un trabajo anterior
(1), parte de una amplia investigación organizada por Fundesco
y AIC, recogíamos una tendencia hacia mayores dimensiones en las manchetas de nueva creación. La altura de «USA Today» de 85 milímetros es la que alcanzan las manchetas de «Bild» en sus
ediciones semanales de, Auto, Sport y Frau, aunque en
estos casos la solución está más en línea con las clásicas de magazines como «Life» remodelada en su nueva etapa a partir de 1972, y en
la misma onda se mueven «Paris Match» o «Época», aunque nuevamente tendremos
que matizar la salida de un semanario «Match», de reciente creación, en el que
se asocian las dos grandes firmas «Life» y «Paris
Match». Su cabecera marca la nueva línea para
magazines. Volumen en altura corrida a lo largo de toda la página primera, con
relieve, conseguido mediante la impresión de dos tintas, amarillo y gris plata
para darle profundidad. La tipografía, en el más puro clasicismo de las derivadas
del alfabeto romano. Junto a la eficacia se manifiesta un refinamiento sin
estridencias. El dibujo se cala sobre el motivo de portada integrándose y
acompañando á la información.
COLORES Y
SÍMBOLOS
Con la misma filosofía se
ha construido la mancheta del nuevo proyecto «The european», de Robert Maxwell,
concebido en principio como diario y del que ya se ha anunciado, antes de
aparecer, su pase a semanal. La cabecera, diseñada con color, ha elegido el
azul para la tipografía, también clásica, y en versales con la sombra en gris.
La altura alcanza los 50 milímetros. La dimensión de las palabras cubre todo el
ancho nuevamente. En la simbología de colores la elección es la de la bandera
de la Comunidad Europea. Sin abandonar el Viejo Continente, en el «Today» anglosajón registramos
una mezcla de estilos. Las letras se vacían de un fondo azul con blanco; los
tipos, todos en versales, y la T mayor recuerdan, al diario americano. Con la
data alcanza una altura de 52 milímetros. En la masa de azul, arriba y abajo,
figuran dos barras de tres milímetros coloreadas con una franja del arco iris
de verde‑amarillo‑naranja‑rojo que en el inferior se
invierte. A las pocas fechas de su salida estas dos franjas se suprimieron y en
su lugar se hizo un recuadro en rojo, dejando una calle blanca. Además se
introducía otra variante: la inclinación de los tipos. El resultado
subliminal era inmediato, la enseña inglesa (rojo, azul y blanco con los
trazos inclinados evocan el aspa). Y con el mismo
principio está construida la cabecera francesa de «Le Parisien». En este caso la tricolor se obtiene
con más facilidad, a la tinta azul del fondo de los tipos basta con dejarle
una amplia calle blanca antes de entrar a subrayar en un grueso trazo rojo.
Sin salir de la prensa
francesa merece especial atención la mancheta de «Libération»,
las letras de palo toman relieve con sombra y se funden en negro sobre un gran
rombo rojo. La combinación es muy llamativa debido a los ángulos tan
acentuados que se producen en el rojo, indicando su
origen underground, puesto que lo asociamos por su
iconografía a las definiciones del metro urbano. su
volumen se sitúa en los 70 milímetros de alto.
Durante nuestra etapa
última en la publicación «Coche actual» planteamos una alternativa a la
cabecera ya diseñada. Puesto que debíamos seguir la línea ya creada por «Bild», nuestra mancheta intentaba ser lo más fiel a la idea
original, mientras la cabecera existente tenía la dimensión horizontal mayor
que la vertical y sobre todo el vaciado de la mancha roja era definitivamente
muy reducido. Otro detalle que las diferenciaba era el cerramiento absoluto de
los tipos sin conectar con el blanco del papel. En «Bild»
las letras, mucho más densas, escapan hacia el blanco en su primera A, como
hacíamos en nuestra propuesta que se escapa en el asta ascendente de la hache,
además de vaciar el rojo con un volumen de letra mucho mayor y más estilizado
recuperando la verticalidad. Pero la propuesta debía ser aceptada reconociendo
el error previo y no prosperó.
La posición más habitual
de la mancheta, como indicábamos al principio de este trabajo, es al centro y
en la parte superior de la página. Sin embargo, esta regla se modificó en
muchos diarios cuando tuvieron que competir en los quioscos con la oferta de
prensa semanal que ofrecía un mayor aliciente gráfico y más calidad. El exceso
de publicaciones es otra de las causas por las que las manchetas
abandonaron el eje central para ir a situarse junto al lomo y evitar que al
solapar publicaciones distintas el lector no encontrara aquella que busca.
Esta solución se generalizó en los tabloides
populares. Hoy nuevamente parece que predomine la tendencia hacia el eje
central de la página.
La utilización de varios
colores es otro de los componentes de muchas cabeceras; como ejemplo, el
diario de Galicia «Atlántico que planteó su título con una franja roja, otra
amarilla, dos gamas de azul y el 50 por ciento superior en negro, aunque
recientemente se ha simplificado el mismo trazado con la utilización de una
única tinta azul. En «El periódico de Cataluña», después de una etapa en rojo
con los tipos vaciados en blanco y unas barras que recuerdan el escudo catalán,
se ha remodelado recorriendo todo el espacio con una tinta más próxima a los
colores regionales incluyendo el amarillo para definir la segunda parte de la
cabecera, que al situarla con verticalidad nos recuerda las barras del escudo
nuevamente. Estas soluciones que vacían una superficie de tinta de color
llegan a pesar demasiado si permanecen durante mucho tiempo. La empleó «Diario
16» al iniciar su etapa de color en 1982 y «Newsday»
cuando modificó su línea editorial en busca de un perfil de lector distinto,
pero en los dos diarios fue una etapa de transición.
Otra solución es dar la
mancheta con el color en positivo, como lo hacía el diario «Pueblo» y, en la
actualidad, el diario deportivo francés «L”Équipe», nuestro «Marca» o la edición
internacional de «The Guardian»
que emplea el azul. Además, como norma suele llevar las llamadas al interior
sobre la propia cabecera. Y volvemos a necesitar el recurrir al televisor para
señalar que estos recuadros son como pequeños monitores de televisión. La
solución está muy extendida en América y aquí se emplea en algunos casos. Otro
de los diarios que la utiliza es «The Times». Su edición de fin de semana lleva las imágenes más
atractivas de los suplementos que ofrece con color: «Inside»,
«Money», «Review» y «Sport».
Hace sólo unos años este diario rediseñaba su estructura tomando como referencia
los estilos de prensa de elite diaria. Pero nadie hubiera creído que estaría
dispuesto, incluso, a situar textos sobre su mancheta. Periódicos europeos
mucho más recientes en el
tiempo como «Frankfurter Allgemeine» y «El
País» estamos convencidos que ni siquiera se plantean esta posibilidad y su
diseño está mucho más cerca del original «The Daily Universal Register» que el
actual «The Times» después de las últimas
actualizaciones.
CONCLUSIONES
Como resumen se podrían
establecer las distintas pautas que se aplican a las cabeceras de los diarios
definiéndolas en tres líneas. En primer lugar aquellas de fuerte innovación,
una segunda tradicional y más conservadora, y la tercera, la que emplea
soluciones intermedias con rediseños que llevan parte de las dos primeras
tendencias ya citadas.
En el primer caso, en las
innovadoras, se aportan color y soluciones ¡cónicas integradas en la
tipografía. Forman esta primera tendencia las
cabeceras reseñadas en la línea de «USA Today» y ««Libération». También se utilizan
los colores de las tintas y el blanco del papel como fondo, hasta el punto de
que en muchas de estas soluciones ya no figura la tinta negra. Y en general
pueden llegar a emplear más de dos tintas buscando acercarse a los colores de
las banderas de las distintas nacionalidades o autonomías. Este tipo de manchetas emplean tipos de palo
sin remates y se suelen fundir para eliminar al máximo los espacios entre
unidades. Sus dimensiones son generalmente mayores que en las dos tendencias o
apartados que le siguen.
En los diseños
tradicionales predominan los tipos clásicos, se sitúan centrados y salvo alguna
excepción, «ABC» busca la proximidad del lomo abandonando el eje de la página,
no suelen incluir nunca información o llamadas sobre las cabeceras. La tinta
elegida es el negro y su volumen es más discreto, alcanzando de 35 a 50
milímetros como máximo en altura, incluyendo en esta cifra los blancos. Son
cabeceras conservadoras «La Vanguardia», «Le Monde», «The
Times», «Herald Tribune»,
e incluso las más recientes de «El País» y «El Independiente».
En los rediseños o
cabeceras de nueva creación que participan de las dos tendencias anteriores
incluiríamos a «Diario 16», «la economía», «Navarra hoy», «Diari
de Barcelona» y «Expansión», por citar algunos ejemplos. Estas manchetas entran en tipos modernos, planteados sin grandes
alardes. Si llevan elementos ¡cónicos, no se integran o funden con el título,
sino que se sitúan a un lado o como elementos menores, sin crear grandes efectos. Su volumen es más discreto que los del primer grupo, pero
más llamativo que el segundo en líneas generales.
En cualquier caso,
haciendo un repaso a las cabeceras actuales hemos obtenido la imprensión de estar analizando imágenes que cambian como
las modas. Y así como algunas empresas hacen sus rediseños con excesiva
precaución, en otras se da la posición opuesta. En los trece años de «Diario 16
hemos detectado más de tres variantes en su cabecera. «Today»
inglés la modificó dos veces en su primera etapa cuando ya estaba en el
mercado. La incorporación de capital nuevo a una empresa puede ser motivo
suficiente para cambiar de imagen como en el caso de «Cinco días» que antes se
definía con el guarismo «5». Incluso «The Times» y «Life», por citar
alguna revista, han entrado en la dinámica del cambio, o el propio «ABC» dio
relieve a sus letras en los años cincuenta. Y si bien es cierto que, según la
teoría, no es bueno cambiar de imagen con mucha frecuencia, también es verdad
que algunos diarios deberían actualizar sus manchetas.
Diez años puede ser un plazo quizá corto para modificaciones o retoques, pero
mantener unas formas que tienen más de cincuenta años es quedarse anclados en
un tiempo pretérito con el peligro de quedar obsoletos si no somos receptivos
a formas y colores adtuales.
(1) La nueva identidad de
la Prensa. Transformación tecnológica y futuro».
Bernardo Díaz Nosty Fernando Lallana
y J. Timoteo Álvarez. 1987, FUNDESCO, Madrid, p. 270.