Los caminos de la modernización
Reflexiones ante las nuevas
tecnologías de comunicación
Ligia María Fadul / Fátima Fernández (*)
La introducción y expansión de las Nuevas Tecnologias de Comunicación en América Latina presenta
peculiaridades importantes. Este articulo se pregunta por sus razones y
resultados y concluye la necesidad de una ciencia y unas tecnologias
autónomas.
A veces resulta entretenido observar que los inventos han servido para cosas muy distintas de las que el poder de su época deseaba hacer con ellos: así ocurre con la imprenta, imaginada por Carlos V como una forma de divulgar el latín y que luego significó la decadencia del emperador. Como usted ve, la ciencia ha de contar con la aptitud de los hombres para integrarla a lo cotidiano. Por eso es importante saber cómo se inscribe una tecnología en la sociedad, los casos en que sirve para el desarrollo de ésta, los casos en los que la perjudica y los casos en que no resuelve nada” (1).
La cita anterior nos proporciona un punto de partida
inmejorable para iniciar una reflexión acerca de lo que significan las nuevas
tecnologías de comunicación para la región latinoamericana ‑desde
México hasta el extremo sur del continente, incluyendo al Caribe. Así tenemos
que ver, de un lado, la situación económica y social en que se encuentra hoy,
1989, América Latina, y del otro, la situación global de la infraestructura de
telecomunicaciones de los países que la integran, sus usos y tendencias hacia
los próximos años.
Durante las décadas de los cincuenta y sesenta se
publicitó el “slogan” de “comunicación para el desarrollo”, no sólo en América
Latina sino también en el resto de regiones subdesarrolladas. De esa manera, se
intentó hacernos creer que con fuertes inversiones en infraestructura de
telecomunicaciones, la población alcanzaría los niveles de desarrollo
establecidos desde las sociedades económicamente avanzadas.
El discurso modernizador de los años ochenta no ha
cambiado en lo sustancial. La informatización de las sociedades latinoamericanas,
es decir, la incorporación de las nuevas tecnologías
de comunicación e información en todos los ámbitos de la vida social, se nos
ha presentado como la única alternativa viable para alcanzar ese crecimiento. A
mayor número de computadoras, cables de fibra óptica, satélites, bancos de
datos y redes digitales integrales, mayor grado de modernización alcanzaremos.
Sin embargo, los problemas estructurales de América Latina se acrecientan en
vez de solucionarse, a pesar de la nueva tecnología.
LA SITUACIÓN DE AMÉRICA LATINA EN 1989
Estudios de la Comisión Económica para América
Latina, CEPAL, muestran que el 18 por ciento de la población latinoamericana se encontraba en la indigencia al comenzar el decenio de
los ochenta y que otro 40 por ciento había alcanzado niveles de pobreza
absoluta. Ocho años después las condiciones de distribución del ingreso han
empeorado y los niveles de crecimiento económico han disminuido considerablemente.
Estimaciones preliminares del citado organismo indican que en 1988 el producto
interno bruto de la región apenas alcanzó 0,7 por ciento, tasa menor que la
registrada en 1987 e inferior también a la de crecimiento de la población.
El producto por habitante disminuyó 1,5 por ciento,
siendo entonces 6,5 por ciento más bajo que en 1980 cuando el PIB alcanzó su
máximo histórico. “En la reducción del ritmo de crecimiento económico influyó
especialmente el virtual estancamiento de la actividad económica en Brasil y
su leve expansión en Argentina y México, países que, en conjunto, generan más
de las tres cuartas partes del producto total de América Latina y el Caribe” (2).
Por otra parte, los países latinoamericanos se han
convertido en exportadores de capitales. De continuar las tendencias actuales,
en 1989 estos países habrán transferido al exterior más recursos que los
recibidos a lo largo de la década pasada. Entre 1981 y 1987 la deuda externa
de la región duplicó su valor al aumentar su monto de dos veces el valor de las
exportaciones en 1981, a casi cuatro veces el valor de éstas en 1987. En ese
año, los pagos por servicio de la deuda representaron el 6 por ciento del
producto nacional bruto (3).
La historia de la industrialización de América
Latina a partir de la Segunda Guerra Mundial se refiere principalmente al papel
que han ejercido las empresas transnacionales en la evolución de sectores
dinámicos y de alta rentabilidad como el de la siderurgia, el automotriz, el
de la agricultura de exportación y el de bienes de consumo intermedio y de
aparatos electrodomésticos. Ante la ausencia de políticas nacionales para el
desarrollo industrial endógeno que respondiesen con sus propios recursos a los
problemas de la región, la presencia de las empresas transnacionales establece
un patrón industrial y de consumo acorde con las estructuras productivas de
sus propios países de origen, en el caso de América Latina con el dominio
predominante de los Estados Unidos.
El desarrollo científico y tecnológico que ha
permitido el surgimiento de tecnologías de punta basadas en la electrónica y
los nuevos materiales, ha llevado a una modificación sustancial de los
procesos productivos. La automatización es una característica sirve qua non de la producción que realizan las
empresas transnacionales tanto para producción de bienes como de servicios.
Aquí, en este nuevo patrón tecnológico, la información actúa no sólo como
insumo, sino también como producto. Las nuevas tecnologías de comunicación
instaladas en nuestros países están para responder a las exigencias de las
empresas transnacionales. Privatizar y modernizar las
redes de telecomunicación e información en América Latina es un mecanismo más
de la integración regional al modelo dominante de acumulación.
POSICIONES DE LOS PRINCIPALES PROVEEDORES
DEL MERCADO LATINOAMERICANO
EN TELECOMUNICIONES
Proveedor |
Valor de los contrastos (US millones de
1979) (1) |
Participación en el mercado
latinoamericano (%) |
LM Ericsson Siemens ITT (2) GTE (2) NEC Otros |
793 722 716 191 164 292 |
27 25 25 7 6 10 |
TOTAL |
2875 |
100 |
(1)
Valor
de los contrastos desde principios de los setenta hasta 1979
(2)
Incluye
compañías europeas asociadas
Fuente: Telecomunications Systems and Equipment in
HACIA LA RED DIGITAL DE
SERVICIOS INTEGRADOS
El comienzo de la expansión de las empresas líderes
en telecomunicaciones hacia los mercados latinoamericanos se remonta a
principios del presente siglo. En México, por ejemplo, la empresa sueca LM
Ericsson introdujo el primer sistema público de 500 suscriptores de teléfono, y
dos décadas más tarde la ITT norteamericana inició un segundo servicio
telefónico.
Para los años sesenta, cinco empresas habían
consolidado su liderazgo en productos telefónicos, de conmutación, cableado y
redes de microondas y terminales de télex en América Latina: LM Ericsson,
Siemens, ITT, GTE y la Nippon Electric
Company (NEC). La tabla 1
indica el valor de los contratos adjudicados a estos proveedores por parte de
los países de la region.
El nuevo discurso modernizador ha generado nuevas expectativas.
Desde hace varios años las empresas transnacionales del ramo han difundido la
idea de que la instalación de la red digital de servicios integrados ‑RDSI‑
(considerada hoy como máximo exponente de la alta tecnología en
telecomunicaciones) es un imperativo ineludible, y será ‑anuncian‑
una realidad en todos los países hacia finales de la próxima década.
Para lograr el paso de la tecnología analógica a la
digital en materia de equipo de conmutación (switching)
ha sido fundamental la participación dentro del nuevo mercado de la RDSI.
Veamos lo que nos ofrecen las citadas empresas en este nuevo sistema: LM
Ericsson el AXE; Siemens el EWSD; GTE el GTD‑5; ITT‑Alcatel el
Sistema 12 y NEC el NEAX‑61. A éstas se han adherido otras empresas,
importantes también en términos de competitividad de sus productos, tales como
la AT&T de los Estados Unidos y la Northern Telecom de Japón.
El equipo telefónico suma entre el 80 y el 90 por
ciento del mercado latinoamericano de telecomunicaciones. En los países más
grandes de la región, los aparatos telefónicos son fabricados por empresas
extranjeras instaladas en ellos (4), y por empresas nacionales. Éstos a su vez
exportan a otros países vecinos. Sin embargo, la nueva tecnología, en
particular los sistemas digitales, son totalmente importados, con excepción de
Brasil (5).
¿Qué tipo de problemas resolverán las redes
digitales de servicios integrados en la región?
Dadas las características técnicas y de operación
de estas redes digitales, a través de las cuales se puede suministrar todo tipo
de servicios de información, en particular los de valor agregado, podemos
afirmar que tales sistemas serán aprovechados sólo por los denominados “grandes
usuarios”. Es decir, por aquellas empresas cuya función primordial es la
prestación de servicios: turísticos, bancarios, de seguros, etc., y también por
las grandes corporaciones transnacionales, las mismas que por su magnitud en
términos económicos y financieros, son las únicas que pueden realizar las
cuantiosas inversiones en equipo para transmisiones digitales (6).
Es evidente que con RDSI se privilegian los
servicios privados de telecomunicaciones ya que permite al capital moverse a
través de las fronteras en búsqueda de más ganancias con mayor rapidez. Entre
tanto el servicio público de telefonía, y más aún el de telefonía rural, no
encuentran mayor eco en los planes de expansión de las empresas telefónicas.
Dentro de este panorama, no podemos dejar de
mencionar que la euforia con que se ha difundido la telefonía celular en los
países nórdicos, varios países europeos y los Estados Unidos a principios de
los 80 se ha comenzado a extrapolar a la región
latinoamericana. En efecto, este nuevo uso de la tecnología, que aprovecha
frecuencias y las repite en distancias muy cercanas una de la otra, se
desarrolló en aquellos países con una densidad telefónica más alta: Suecia,
con 86 aparatos telefónicos por cada 100 habitantes, seguido por los Estados
Unidos y Suiza, con 79 y 76 teléfonos respectivamente.
En el caso de América Latina, la densidad telefónica
es de 15,6 teléfonos por cada 100 habitantes (7), es decir, de alrededor de 25
millones de aparatos para 390 millones de habitantes (cifra de 1985), de los
cuales podríamos decir que un 80 por ciento está concentrado en las capitales
y ciudades intermedias de la región. México y Colombia utilizan la telefonía
celular con tecnología NEC. El primer país comenzó en 1981 y el segundo en
1985, con 2.600 y 1.250 usuarios respectivamente, hacia 1986 (8). Las seis empresas (9) proveedoras de la telefonía
celular en el mundo han comenzado a promover esta tecnología, aprovechando el
discurso modernizados (anteriormente fue llamado desarrollista) de los
gobiernos latinoamericanos, y la coyuntura económica de privatización que se
está consolidando en la región. Por ejemplo, el gobierno de México está
ofreciendo “docenas de oportunidades de concesiones en el negocio de teléfonos.
Motorola Inc., American Telephone
and Telegraph, así como
otros productores pequeños están interesados en las concesiones para explotar
la telefonía celular” (10).
LA FÓRMULA TECNOLÓGICA: REDES DIGITALES INTEGRADAS
SATÉLITES‑FIBRAS ÓPTICAS
La industria electrónica, como una de las ramas más
importantes del nuevo patrón tecnológico, está instrínsecamente
relacionada con la industria espacial. Si bien, esta última tuvo en sus
orígenes intereses exclusivamente militares ‑y los adelantos científicos
y tecnológicos de los países que encabezaron la era espacial continúan permeados por objetivos militares en primera instancia‑,
las potencialidades de transmisión y cobertura que permiten los satélites los
han convertido en instrumentos idóneos para las comunicaciones comerciales.
PENETRACIÓN DEL MERCADO LATINOAMERICANO POR
LOS PRINCIPALES PROVEEDORES DE ESTACIONES TERRESTRES PARA LA RECEPCIÓN
INTERNACIONAL DE SEÑALES VÍA SATÉLITE
Proveedor |
De 1968 a 1971 |
De 1972 a 1975 |
De 1976 a 1979 |
NEC (Japón) CTE (EU) STS (Italia) ITT (EU) Northop Pag (EU) Siemens (Alemania) E-Systems
(EU) Scientific Atlanta (EU) Spar (Canadá) Comtech Labs (EU) |
México Chile Venezuela Argentina Colombia Panamá Brasil |
Ecuador Nicaragua Brasil República Dominicana Argentina Brasil |
Bolivia Colombia Guyana Paraguay Perú Brasil Chile Republica Dominicana El Salvador Colombia México El Salvador Haití Belice |
Cuadro elaborado con base en los datos aparecidos
en: Fadul L.M. “Las
comunicaciones vía satélite en América Latina”. La industria cultural en
América Latina. México. Cuadernos del TICOM, UAM-X Nº31,
y Telecomunicaciones Systems and
Equipment Market in Latin America. Frost & Sullivan. March, 1980.
El mercado de sistemas de satélites de comunicación
en países con economía abierta está dominado por empresas de los Estados
Unidos. El líder mundial en venta de satélites es la Hughes
Aircraft, la cual cubre cerca del 30 por ciento del
mercado civil en su país de origen, ha obtenido cinco de los siete contratos
adjudicados por el consorcio Intelsat para las
distintas generaciones de satélites internacionales, y ha vendido sus
productos espaciales a diversos países, entre los que se cuentan Brasil y
México. Éstos se convirtieron en los primeros clientes para satélites
nacionales de comunicación en América Latina, al comprar a dicha empresa los sistemas
Brasilsat y Morelos, puestos en órbita a mediados de
la presente década.
Los satélites de comunicación en nuestra región han
sido efectivos instrumentos de expansión de la televisión comercial y de la
publicidad transnacional, (11) no sólo en los dos países mencionados sino
también en aquellos que rentan canales a Intelsat,
como son Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Vale la pena
destacar que en algunos de ellos, como en Colombia y Perú, el segmento espacial
contratado se ha utilizado también para telefonía rural.
Desde mediados de los sesenta, cuando los países
latinoamericanos comenzaron a utilizar satélites para comunicaciones
internacionales, las empresas que hasta ese momento se
encargaban de los equipos para telefonía, redes de microondas y demás
servicios, penetran al mercado de la región con la venta de antenas y equipo
para la recepción y transmisión de las señales satelitales. En la tabla 2 se
puede apreciar esta situación, en la cual destacan las actividades de
empresas como NEC y GTE por ser las de mayor demanda entre dichos países.
Ningún país de la región, con excepción de Brasil
(12) cuenta con una industria endógena de equipo terrestre para las
comunicaciones nacionales por satélite. Las redes de estaciones terrenas
instaladas en los países mencionados son totalmente importadas y proliferan las
antenas vendidas por Scientific Atlanta y Harris, de los Estados Unidos, Telespace
de Francia y la japonesa NEC.
América Latina es un mercado potencialmente muy amplio
para las empresas transnacionales de equipos y servicios de telecomunicaciones.
Hoy en día más abierto aún por las tendencias a la privatización de tales
servicios y de mayor apertura a la inversión extranjera, contrariamente a lo
que señalaban las propuestas de políticas nacionales de comunicación que no
llegaron a conectarse. Pero sí par‑a la próxima década estarán a
disposición de los países latinoamericanos diversos satélites de comunicación,
con la consiguiente amplia oferta de canales de televisión (13), los canales
para transmisión de datos y servicios de información no serán menores. La
convergencia de las telecomunicaciones, la informática y la microelectrónica
permitió que abrieran nuevas industrias: la de software y sistemas y la de servicios
de procesamiento de datos y de información, con la consiguiente proliferación
de empresas prestatarias de los mismos.
“Bajo el paradigma de producción en masa, en el cual
la productividad y rentabilidad dependían del crecimiento de mercados masivos
para productos idénticos, la presión hacia la uniformidad en los patrones de
consumo era condición. del crecimiento económico. En
esencia era necesario que la demanda se adaptara a la oferta. El nuevo modelo
invierte esa relación. El carácter programable de los equipos, su creciente
compatibilidad y modularidad crean las condiciones
para que la diversidad en la demanda final multiplique las oportunidades de
crecimiento de la oferta” (14).
Los nuevos servicios se publicitan dentro de una
nueva forma de pensar el desarrollo, es decir, con criterios de eficiencia, de
velocidad, de capacidad de integrar redes y sistemas inteligentes”. El
resultado en América Latina son los planes para la instalación de redes
digitales inte,rales, de
satélites con bandas de frecuencias diversas para transmitir señales de todo
tipo, y de sistemas de fibra óptica que multiplican con eficiencia los canales
de transmisión para voz y dato:.
¿A qué necesidades responde toda esta nueva
infraestructura que se planea comenzar a instalar en la región para que al
inicio del siglo XXI ya no existan sistemas con tecnología analógica? Es
indiscutible el hecho de que las exigencias de las empresas transnacionales
han sido un factor determinante en la modernización de la red informática en
América Latina. La presencia extranjera en el sector servicios en la región ha
venido acompañada de una gran presión para liberalizar la inversión y el
comercio en dicho sector. “La instalación de paraísos fiscales y financieros
en los países del Caribe fue posible gracias a las nuevas tecnologías de
comunicación e información, y a una política interna que permite el libre flujo
de datos transfrontera” (15).
Otro ejemplo de la dinámica de las empresas
extranjeras se encuentra en el desarrollo de la industria maquiladora (16) en
la frontera norte de México. Los parques industriales establecidos para ello
cuentan con la tecnología de comunicaciones más avanzada, instalada no sólo
por los organismos públicos encargados de las telecomunicaciones en este país,
sino principalmente por las empresas maquiladoras. La prosperidad de las
maquiladoras en el norte han hecho de la frontera un polo cercano para el
comercio y el trabajo. Más hacia el sur un “valle de silicón” en miniatura ha
sido creado en Guadalajara, a 250 millas al noroeste de la capital, con Hewlett Packard, Wang, IBM y Unisys ensamblando
computadoras y compitiendo fuertemente para exportarlas” (17).
La discusión en torno a la red digital de servicios
integrados está en un momento propicio para que los países de América Latina (y
no sólo las transnacionales que operan en ellos) expresen su propia definición
y su particular punto de vista acerca de las necesidades que eventualmente
podría satisfacer la RDSI así como la capacidad y el ritmo de cada país para
construirla. Cabe la posibilidad de que una vez realizado un estudio exhaustivo
e interdisciplinario se concluya que la región latinoamericana no se suma a
los lineamientos que en esta materia sugiera el Comité Consultivo Internacional
de Telegrafía y Telefonía (CCIT) de la Unión Internacional de
Telecomunicaciones (UIT).
Esta propuesta de realizar una investigación
interdisciplinaria y prospectiva sobre la RDSI, además de que exhibiría con
toda claridad los mecanismos de “destrucción creadora” de las empresas
transnacionales en América Latina antes de que se pusieran en marcha, ayudaría
a poner en su sitio las propuestas de la UIT que, bajo una cobertura de ayuda
al Tercer Mundo, lo que están impulsando es su integración acrítica
a los nuevos sistemas digitales en las condiciones planteadas por las empresas
transnacionales.
Decisiones y posiciones ante áreas estratégicas
para cualquier país, como son ésta de la RDS1, la del libre flujo de
información (18), la relacionada con el desarrollo de sistemas y equipos
tecnológicos de vanguardia como las fibras ópticas, la utilización de
satélites de radio difusión directa, y otras más relacionadas con nuevas
tecnologías, no pueden dejarse en manos de instancias extraregionales.
Ante la realidad presente, la perspectiva de la
región tiende a plantearse como un dilema: desarrollar su infraestructura para
acrecentar la dependencia o permanecer al margen y quedar a la zaga. La
inviabilidad de ambas alternativas obliga a proponer una visión de largo plazo
en la que coincidan la necesidad de solucionar los problemas básicos de 535
millones de latinoamericanos hacia fines de siglo, con la inexcusable
determinación de desarrollar una ciencia y tecnología autónomas. Ante este
reto, la integración y cooperación latinoamericanas (19) se plantean como
condición indispensable para lograrlo.
(1) Mitterrand, François. Aquí y ahora Barcelona, Argos Vergara, 1981, 2. ed.
(2) Rosenthal, Gert. “Balance preliminar de la economía latinoamericana
en 1988”, 1ª parte. Comercio Exterior. Vol. 39, N ° 2,
febrero 1989. De acuerdo con Fernando Fajnzylber
(1983). Brasil, cuya transformación y modernización
industrial lo coloca en una posición de liderazgo en la región, muestra indicadores
de pobreza más agudos que el conjunto de la región latinoamericana: el 35 por
ciento de la población urbana y el 73 por ciento de la rural se sitúan balo la
línea de pobreza, mientras que en la región en su conjunto los porcentajes en
su conjunto son el 25 y el 62 por ciento. En México, el otro país
latinoamericano de rápida industrialización, los indicadores correspondientes
están por debajo del promedio para el conjunto de la región, pero a una
distancia pequeña de los mismos. En: La industrialización
trunca de América Latina. México, ed, Nueva Imagen,
1983.
(3) Arriaga, Patricia Los
sistemas de comunicación en la perspectiva del año 2000: México y el Caribe . México, CEESTEM, 1989.
(4) En la mayoría de los países latinoamericanos las
empresas señaladas mantienen filiales mediante modalidades de diversa índole,
desde el sistema de “riesgos compartidos con los gobiernos o los sectores
privados de los países anfitriones, hasta la de invertir el 100 por ciento del
capital en nuevos proyectos.
(5) UNCTC. “Data Services in
(6) México por ejemplo, a través de la empresa
paraestatal de teléfonos ha comenzado a desarrollar una red superpuesta para
atender a grandes usuarios, de servicios de telecomunicaciones. Dicha red, que
quedará instalada a finales de 1989 en las principales ciudades del país está
compuesta por centrales digitales y cableado de fibra óptica. Las centrales
digitales han sido adquiridas a LM Ericsson y Alcatel, mientras que los
equipos conductores de los enlaces digitales se comprarán a la ATT, a NEC o a Telettra. Telmex ha clasificado los grandes usuarios en
cinco segmentos instituciones financieras, industrias de exportación y
servicios, turismo, industria maquiladora y gobierno.
(7) Más del 80 por ciento de la población no cuenta
con servicio telefónico. La densidad promedio de la región es superior a las cifras
de los países “más avanzados” Brasil, 6,9; Argentina, 11 y México, 7,5 (UNCTC,
nota 5). Aunque estos datos son de 1981, la situación
no ha variado. Peor aún, en México la densidad se redujo a 4,9 líneas
telefónicas por cada 100 habitantes (New York Times, abril 3, 1989).
(8) Economic Commission for
(9) Las empresas son Ericsson, Motorola,
ATT, NEC, NTI, y Siemens.
(10) Baker, S, y E. Wienner. “One Touth ‘hombre’: can Carlos Salinas remake
México? Business Week. April 3, 1989.
(11) Sobre la publicidad transnacional véase: Janus, Noreen y Rafael Roncagliolo. “Publicidad transnacional, medios de
comunicación y educación en los países en desarrollo”. Perspectivas. UNESCO, Vol, X, N.° 1, 1980.
(12) Brasil desarrolló una industria nacional de
antenas receptoras de señales satelitales. Avibras es
la principal industria brasilera de esos productos, pero además es una importante fabricante de armamento.
(13) Desde mediados de 1988 está en operación el satélite PAS‑1 del sistema panamericano de satélites, PANAMSAT, que dirige un empresario estadounidense que estuvo a la cabeza de la cadena de televisión en español SIN durante dos décadas. El PAS‑1, que enlaza América Latina con Europa, Nueva York y Miami “será clave en la transmisión de vídeo, voz y datos a lo largo de toda la región”. Uno de los proyectos de Anselmo es crear “una red cultural” sudamericana. Sería cultural y una ayuda para derrotar el analfabetismo, comenta el director. Tomado de América Economía, año 2, N.° 21, noviembre 1988. Por otra parte, España anunció la puesta en órbita de un satélite iberoamericano para 1992.
(14) Pérez, Carlota. Las nuevas tecnologías una
visión de conjunto”, En: La tercera revolución industrial. Impactos
internacionales del actual viraje tecnológico,
Argentina, Grupo Editorial Latinoamericano, 1986.
(15) Arriaga, P op. cit.
(16) La industria maquiladora se instala en países
subdesarrollados para aprovechar el uso intensivo de la mano de obra y los
bajos salarios. En México el número de empresas maquiladoras va en creciente
aumento, siendo “as empresas matrices tanto de Estados Unidos como de Japón y
algunas europeas, en las ramas electro electrónicas, automovilística, del
vestido y de servicios.
(17) Business‑Week, op. cit.
(18) La libre circulación de la información es sólo
un “slogan” de las empresas vendedoras de productos de percepción remota por
satélite, contra cualquier acción que tienda a regular el flujo de datos
generado por dicha actividad. Por ello los esfuerzos realizados en los
organismos de las Naciones Unidas para lograr acuerdos han fracasado, ya que no
puede regularse una actividad que está a cargo de empresas privadas.
(19) Algunos intentos de cooperación latinoamericana
se han venido planteando por ejemplo con la Red Latinoamericana y de el Caribe de microelectrónica ‑REMLAC‑‑,
o con la Red Latinoamericana de Biotecnología ‑RELABIOTEC‑. En el
área espacial, el Grupo Interdisciplinario de Actividades Espaciales de la
Universidad Nacional Autónoma de México, promueve el desarrollo de tecnología
endógena para el aprovechamiento del espacio con fines pacíficos.
(*) Las autoras agradecen la invaluable colaboración
prestada por Enk Salas Klint
para la elaboración de este trabajo