Editorial
En un trabajo aún inédito,
el lingüista norteamericano George Lakoff analiza el sistema metafórico
utilizando para justificar la guerra del Golfo concluyendo, tras una exhaustiva
disección de los procedimientos simbólicos puestos en juego al servicio de la
barbarie, que si existe una metáfora global que compendie la significación
otorgada por los vencedores al conflicto ésa es la del cuento de hadas de la
guerra justa, con sus personajes (el malo o villano, el héroe y la víctima),
sus escenarios, sus acciones (la violación, el secuestro, el rescate...), etc..
Y es que los signos, gráficos e
icónicos, impresos o electrónicos, que han aderezado es estos últimos meses las
comunicaciones relativas al conflicto han actuado más como forma de
ocultación (con el lamentable espectáculo del consenso en torno a la
conveniencia de la censura y la autocensura) que como códigos al servicio de
una cabal comprensión del sentido último de la guerra.
Ante coyunturas como ésta, a las
que la escuela no es ajena en su labor de transmisión del saber y de las formas
de interacción y sumisión social, lo que acontece en las aulas no ha de
entenderse tan sólo como una actividad estrictamente técnica – la difusión de
un conocimiento aparentemente neutral- sino ante todo como un eficaz sistema
orientado a legitimar las ideologías y formas socioeconómicas que controlan
nuestra vidas y nuestra percepciones.
SIGNOS pretende contribuir entre
los enseñantes a una indagación colectiva tendente al dominio de los
fundamentos teóricos que inspiran sus prácticas educativas, vinculándolas a un
análisis crítico de los contextos sociales en los que se sitúa la escuela y
orientándolas a contrarrestar, en la medida en que sea posible, el papel de
legitimación y reproducción – no exenta de contradicciones- que el sistema
social atribuye al sistema educativo en su afán de hegemonía.
Sólo así será posible caminar
hacia la desalineación profesional de los profesores (quienes con
frecuencia realizan su trabajo práctico sin el dominio de los resortes teóricos
del mismo) y a la emancipación del saber emitido en el seno de la
institución escolar. Sólo así será posible contribuir desde la escuela a hacer
posible una lectura de sentido de las metáforas de la vida cotidiana contenidas
en los signos de este tiempo de signos.