Signos Teoría y práctica
de la educación , 19 Octubre Diciembre Página 3 ISSN 1131-8600
Editorial
En los últimos meses el
Ministerio de Educación y Cultura ha adoptado una serie de medidas orientadas a
trasladar al ámbito educativo el ajuste del gasto público y a delegar cada vez
más en el "libre mercado" aspectos tan esenciales en la vida de la
personas como la salud, el trabajo, la cultura y la educación. En nombre de la
libertad de elección y de la calidad de la enseñanza (sic) se empeoran las
condiciones de trabajo del profesorado de la enseñanza pública, se devalúan
tareas pedagógicas tan esenciales como la tutoría o la orientación escolar, se
elimina una buena parte de la oferta de materias optativas en la educación
secundaria, se abandona el reto de atender a la diversidad del alumnado para
construir deforma prematura su segregación académica (y su selección social),
se sitúa bajo mínimos a los centros deformación permanente del profesorado, se
eliminan de cuajo instituciones vinculadas a la innovación educativa y a la
renovación pedagógica y se apoya sin disimulo a la red privada de la enseñanza
con el argumento (o con la coartada) de que así se garantiza el pluralismo
ideológico y se estimula de paso la libre competencia entre los centros
educativos en el mercado escolar:
Como señalábamos en el
último número de SIGNOS, el escenario donde se refleja
quizá con mayor claridad este giro copernicano de la política educativa en
nuestro país es la educación secundaria obligatoria. Diversas manifestaciones,
tanto de altos cargos del Ministerio de Educación y Cultura como de algunos
sectores conservadores de la enseñanza media y universitaria, confirman la
hipótesis de que se olvida de manera nada inocente la ardua y difícil tarea de
educar a todos y se acentúa la tendencia a instruir a las élites del futuro
convirtiendo el segundo ciclo de esta etapa obligatoria de escolaridad en un
ensayo adelantado del bachillerato y de la universidad. De este modo, la
educación secundaria obligatoria (sin lugar a dudas, una de las claves del
cambio educativo iniciado con la LOGSE) acabará convirtiéndose a la postre,
como antaño, en la antesala obligada del abandono escolar _Y de la segregación social de quienes, por su origen
sociocultural, parecen Haber nacido para perder:
En estas páginas hemos
intentado conjugar el ejercicio de la crítica de la educación con la defensa de
una educación crítica, pública y laica, orientada al desarrollo de las
capacidades de los alumnos, en cuyo seno el
conocimiento ese contribuya, en la medida en que es posible, a la emancipación
de las personas en una sociedad como la actual edificada ,sobre los cimientos
de la insolidaridad y de la igualdad. En estos tiempos difíciles para la
educación pública, en SIGNOS seguimos creyendo, pese al
desánimo y a las dificultades, en la ideas que nos permiten pensar y hacer el
mundo (y la educación) de otra manera. Aunque en tiempos de contrarreformas
como los actuales tales ideas no estén ya de moda.
En educación las
condiciones estructurales y el contexto sociopolítico son elementos
determinantes de la vida de los centros y de las aulas. Pero no lo son todo,
como lo confirman diferentes estudios sobre el cambio educativo. La escuela
puede y debe ser ese escenario de construcción de alternativas culturales en el
que trabajemos por el logro de los fines compensadores e igualitarios de la
educación pública. Hoy, como ayer, es necesario seguir construyendo teorías y
prácticas educativas que se opongan a la restauración conservadora a la que
estamos asistiendo y denunciar los intereses políticos, ideológicos y
económicos a los que responde. Porque, como señalara Rafael Sánchez Ferlosio,
vendrán más años malos pero desde estas páginas seguiremos intentando que no
nos hagan más ciegos