La investigación educativa: del sectrismo
a la diversidad teórica y metodológica.
Elba Noemí Gómez Gómez
La
aparición del paradigma interpretativo (cualitativo, sociocultural,
etnográfico, ecológico, alternativo) tiene como precedente el cuestionamiento a
los enfoques de tipo empirista, que inclinan la balanza hacia los
planteamientos filosóficos de corte hipotético deductivo, en los que se
plantea: la neutralidad de la ciencia; la no diferencia fundamental entre
ciencias naturales y ciencias sociales; la ciencia social como privativa de una
disciplina en particular; la concepción de ciencia unificada; el empirismo
lógico como un modelo incuestionable; el menosprecio a todas las cuestiones que
tengan relación con lo interpretativo; la negación del papel de la
subjetividad; la neutralidad en la observación; plantear como fin único de la
investigación científica la creación de leyes generales; la negación de lo
inductivo1. Estos planteamientos han fungido como una camisa de fuerza para la
investigación social, y la educativa en particular, al negar la característica
inherente al ser humano de ser transformador de la realidad objetiva y
subjetiva.
Para
abordar el debate existente en investigación educativa en torno al
planteamiento metodológico conocido como tradicional y el llamado alternativo,
consideramos imprescindible introducirnos en el tema de los paradigmas: su
existencia, sus riesgos, sus retos, sus aportes. Ya que a nuestro parecer la
realidad educativa y, por ende, la investigación, no se mueve en una dualidad,
sino en un continuo, la discusión no debiera centrarse entre lo cuantitativo y
lo cualitativo, entre visiones parciales del fenómeno social y las que aceptan
la diversidad de lo social y por lo tanto de lo educativo.
Para
Shulman2, "el término más frecuente empleado para describir las distintas
comunidades de investigación y las concepciones de los problemas y métodos que
comparten, es el de paradigma. Implica un grupo de investigadores que comparten
similares concepciones sobre determinados asuntos, métodos, técnicas y formas
de exposición".
El
nacimiento de un nuevo paradigma se acompaña de muchas resistencias para su
aceptación, pasa por una cierta cerrazón. Aquí aparece como parte sustancial de
los paradigmas la comunidad de hombres y mujeres que se inscriben en ellos, se
citan, se leen, comparten una concepción del mundo, etcétera, apareciendo una
especie de antagonismo "irreconciliable", la mayoría de las veces,
entre los paradigmas, entre los grupos de científicos que se inscriben en uno u
otro.
Se
puede decir que un paradigma emerge junto a otro vigente, que aunque la mayoría
de ellos surge de la crítica a modelos y planteamientos precedentes, no es
necesario que el primero caduque para que el nuevo nazca y sea aceptado,
coexisten en el tiempo. "El periodo anterior al paradigma, sobre todo,
está marcado regularmente por debates frecuentes y profundos acerca de los
métodos, problemas y normas de soluciones aceptables, aun cuando esas discusiones
sirven más para formar escuelas que para producir acuerdos... Por otra parte,
esos debates no desaparecen de una vez por todas cuando surge un
paradigma" 3.
En
el paradigma llamado tradicional (experimental, cuantitativo, empirista), se ha
tendido a igualar al fenómeno social con el natural y por ende a las ciencias
sociales con las ciencias naturales, pretendiendo por muchos años dar categoría
de ciencia a partir de la utilización del llamado "método
científico", el cual desconoce la subjetividad y demerita
el papel de la interpretación, entre otros. Para Filoux,
"las metodologías de investigación, para ser reconocidas como científicas,
no deben necesariamente reducirse simplemente a los modelos
experimentales" 4.
La
realidad social es cambiante, heterogénea, compleja, multideterminada;
el mismo hombre está en continua transformación; la realidad, entendida como
objetiva subjetiva, se va construyendo día a día, influyéndose mutuamente lo
objetivo con lo subjetivo; lo social con lo individual; lo inconsciente con lo
consciente; lo público con lo privado; lo particular con lo colectivo; lo
diacrónico con lo sincrónico. Por lo cual, lo social no puede abordarse desde
una sola disciplina ni desde un solo enfoque metodológico; aparece la
invitación abierta a la interdisciplinariedad y a la diversidad metodológica.
Así,
dentro del mismo paradigma conocido como interpretativo encontramos diversos
enfoques particularizados desde cada disciplina, e incluso en una misma
disciplina aparecen variantes. Tal es el caso de la investigación educativa, en
donde hablar de métodos como el etnográfico, el ecológico, el interpretativo, o
el cualitativo, alude a matices de la propia concreción metodológica, sin negar
que estos acercamientos se ubican en una escuela de
pensamiento más amplia, en un paradigma.
Los
grandes descubrimientos, las grandes interpretaciones de la realidad han tenido
repercusiones en todos los campos, desde los más concretos hasta los más
abstractos, llegando a influir en la vida cotidiana. Forman escuelas de
pensamiento, a las que Kuhn llama paradigmas:
"Considero a éstos como realizaciones científicas universalmente
reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y
soluciones a una comunidad científica" 5. Un paradigma conlleva una
concepción particular del mundo y del hombre, es una manera de ver la vida, es
un camino para hacer "ciencia", implica una propuesta metodológica.
"Los paradigmas no son teorías; son más bien maneras de pensar o pautas
para la investigación que pueden conducir al desarrollo de la teoría" 6, a
la producción de conocimiento.
Por
lo tanto, los paradigmas son producto del caminar de la humanidad, no sólo
tienen que ver con la ciencia, sino que matizan y tocan la vida cotidiana.
Hablar de la vigencia o el auge de un paradigma hace referencia no sólo a una
manera de construir conocimiento, sino a una manera de ver la vida, de ver al
hombre, de la búsqueda incesante de respuestas.
La
historia del hombre y de la ciencia es la historia de la diversidad de enfoques,
que pretende plantear cuál es la forma más adecuada de producir el
conocimiento, de hacer ciencia. De esta manera "desde hace mucho
tiempo la epistemología se ha enfrascado en un debate interminable, con el fin
de determinar cuál es la aproximación más idónea al hacer investigación"
7. Este debate se encuentra personificado en los llamados "paradigmas de
investigación".
La
inscripción en un paradigma da al grupo de estudiosos legitimidad. "Una
comunidad de estudiosos de tendencia similar evolucionará también de un modo
semejante, intercambiando trabajos, citándose entre sí, utilizando un lenguaje
parecido y compartiendo tanto supuestos como estilos de investigación" 8;
negando muchas veces los aportes de otros grupos de estudiosos inscritos en
otros paradigmas.
Reconocerse
como participante de un paradigma conlleva muchas de las veces a un sectarismo,
ya que "un paradigma es un compromiso implícito, no formulado ni
difundido, de una comunidad de estudiosos con determinado marco conceptual. Los
miembros de una comunidad tendrían dificultades para comprender por qué los
miembros de otra comunidad paradigmática asignan importancia o valor a sus
propios objetivos de investigación" 9.
Una
vez comprometido con determinado paradigma, el estudioso rara vez se desvía de
éste. Resulta interesante que al no aceptar el aporte de otros paradigmas, se
acaba fragmentando nuevamente la realidad y su comprensión, aun en los
planteamientos más holísticos, naturalistas o
ecológicos que plantean la integración. Al negar el aporte de otros paradigmas
se desconoce implícitamente la diversidad del fenómeno social; se defiende una
manera de producir conocimiento como la única válida para dar cuenta de la realidad
social. "Un programa de investigación, que se ubica en x paradigma,
no sólo define lo que puede ser legítimamente estudiado por sus partidarios,
sino que especifica también lo que necesariamente se excluye de la lista de
temas permitidos" 10.
La
inscripción "fanática" en uno u otro paradigma de investigación,
puede tener algunos riesgos, entre ellos el de fragmentar el conocimiento más
"completo" de la realidad, el sectarismo y la negación del aporte de
otros planteamientos metodológicos. Pero esto no es una justificación para
negar la importancia de la existencia de los paradigmas de investigación; en
palabras de Carmen Merino, "los paradigmas en investigación social son
necesarios para facilitar la coordinación, estabilización, integración y organización
en la investigación" 11.
El
surgimiento de diferentes paradigmas en las ciencias sociales sigue una
tendencia particular, por la misma diversidad del fenómeno social, por lo
cambiante de su naturaleza, por la complejidad de los fenómenos; por ello, la proliferación
de acercamientos a lo social son muchos y muy variados, imposible hablar de un
solo "paradigma". Los que abanderan la posición de que sólo
"aplicando el método científico" se puede llegar a hacer ciencia,
afirman que las ciencias sociales son preparadigmáticas,
pues no se ubican en un solo paradigma.
De
ningún modo los campos de las ciencias sociales están necesariamente dominados
por una sola escuela de pensamiento. Por cierto, como observó muy bien Kuhn, "lo que distingue a las ciencias sociales de las
naturales es la ausencia misma de un paradigma dominante único". Sin duda
es más posible en las ciencias sociales, y en lo educativo en particular, que
la coexistencia de escuelas divergentes de pensamiento sea un estado natural y
bastante maduro12.
Al
aceptarse la complejidad del fenómeno social, y por lo tanto del fenómeno
educativo, se afirma que la acción social no puede ser estudiada o aprehendida
en su totalidad por un solo enfoque, lo cual ha llevado a una proliferación de
tendencias muy variadas y frecuentemente de apariencia confusa para algunos;
aunque analizadas a fondo todas ellas se mantienen en los postulados generales
de la nueva teoría social.
Para
Anthony Giddens13, los diversos planteamientos se ubican en uno u otro de los
extremos de la investigación; por un lado la empírica y positivista, y por el
otro los que han asumido la bandera de la diversificación de la teoría social.
El debate, por lo tanto, no se resuelve hablando de cuantitativo versus
cualitativo.
El
paradigma interpretativo, cualitativo o ecológico
En
las tres últimas décadas, en las ciencias sociales el modelo hipotético
deductivo para hacer investigación empieza a ser cuestionado y superado. Se
retoman algunos modelos filosóficos del pasado y aparecen algunos otros. Se
rescata la interpretación en los procesos de simbolización y en los procesos de
comunicación; los fenómenos dejan de asumirse como homogéneos, haciendo alusión
a su multirreferencialidad y a su multideterminación.
Son los esfuerzos de pasar de lo positivo a lo interpretativo.
Estamos
hablando de una ruptura epistemológica, que llega a la ciencia social en
general; se vive con distintos matices y momentos en cada una de las ciencias
sociales (antropología, historia, psicología, sociología, lingüística, educación,
etcétera). Y para el caso que hoy nos ocupa, toca de manera significativa el
espacio educativo y su objeto de estudio; marcando una pauta en la relación con
otras disciplinas, favoreciendo el paso de la dependencia a la
interdisciplinariedad. Todo ello es acompañado de la aparición de enfoques del
pensamiento teórico y el resurgimiento de tradiciones de pensamiento que habían
vivido en la marginalidad, o que eran poco conocidos, como la fenomenología, la
hermenéutica, la teoría crítica, el interaccionismo
simbólico, el estructuralismo y el postestructuralismo,
la etnometodología, la sociología de la cultura,
entre otras.
La
influencia en educación de estos planteamientos tiene sus orígenes en
Inglaterra, Estados Unidos y Francia, a finales de los años sesenta e inicios
de los setenta. Los primeros trabajos que se realizaron fueron en torno al
currículum y a la práctica educativa.
En
la investigación educativa el cuestionamiento más fuerte inicia personificado
en la dicotomía cuantitativo/cualitativo. Simplificar en este antagonismo la
nueva propuesta paradigmática de hacer investigación lleva a un callejón sin
salida; nos remitiría a una discusión de tipo epistemológico. "La llamada
investigación de corte interpretativo va acompañada de una dimensión
sociológica y antropológica de la escuela, que supera a todas aquellas teorías
que la consideran, a esta última, como una ‘caja negra’, en tanto que sus
indagaciones son sólo datos sobre las entradas y salidas y no una descripción
del interior" 14. La nueva propuesta rescata los procesos, la voz de los
sujetos participantes, tanto del investigador como de los investigados, y el
apoyo de otras disciplinas para dar cuenta del fenómeno educativo de manera más
inclusiva.
Por
lo tanto, el rompimiento tajante que se ha intentado realizar entre lo
cuantitativo y lo cualitativo para dar razón del surgimiento de una forma de
investigación en educación es arbitrario, ya que en una misma investigación
pueden confluir lo cuantitativo y lo cualitativo, dependiendo del objeto de
estudio, del universo de investigación, de los niveles de análisis y las
triangulaciones. Aceptar este divorcio irreconciliable es caer en el viejo
postulado de que lo social puede ser aprehendido en su totalidad desde una sola
teoría y desde un solo enfoque metodológico.
Elsie Rockwell
tacha de "cuestionable también la pertinencia de la dicotomía
cuantitativo/cualitativo que predomina en las discusiones acerca de la
etnografía. La discusión debiera plantearse en otros términos, como la descripción
versus la comparación, lo documentado (consciente) versus lo no
documentado (inconsciente), lo sincrónico versus lo diacrónico, y la
pertinencia de categorías internas versus externas al objeto de estudio,
como dilemas centrales que rebasan la cuestión de lo cualitativo y lo
interpretativo versus lo cuantitativo" 15.
El
hecho de que el debate anteriormente mencionado llegue a la investigación
educativa va facilitando el rompimiento con la dependencia de otras ciencias,
para ir construyendo un territorio de conocimiento que no está terminado,
reconociendo la influencia que de otras disciplinas recibe, manteniéndose
abiertos los debates citados. Se da desde dentro la reconstrucción teórica del
campo educativo en la construcción del propio objeto de estudio, sin negar el
ascendiente de las referencias externas. En palabras de Filoux,
"las ciencias de la educación tienen que construir su propio objeto de
estudio como cualquier otra ciencia. Sería un error pretender reducirse a
aplicar, en su propio campo, saberes elaborados por otras disciplinas" 16.
La
problemática que ha acompañado a la "ciencia de la educación" se
comparte con las ciencias sociales en tanto la noción de cientificidad,
la dependencia de otras ciencias, la importación de metodologías, etcétera.
Prosiguiendo
con Filoux, "...como el conjunto de las ciencias
humanas, las ciencias de la educación buscan, es evidente, nuevos caminos de
desarrollo. La relación de las ciencias de la educación con las ciencias
madres, llamadas fundamentales (psicología, sociología, biología, etcétera),
merece ser objeto de un análisis más sutil" 17. No puede contentarse con
seguir siendo, como en el pasado, una relación pura y simple de dependencia.
Pero
el asunto no se resuelve con la utilización de la metodología de corte
interpretativo, el cuestionamiento sigue en el aire: cómo dar cariz de cientificidad a una investigación sin sacrificio de la
creatividad, de la imaginación, de la subjetividad, de la heterogeneidad, del
naturalismo, de la ética. Respondiendo a ello, Filoux
plantea pasar de la noción de exactitud a la de rigor: "la exigencia del
rigor queda satisfecha, cuando se procura explicitar lo implícito de los
dispositivos de la investigación" 18; plantea la necesidad del surgimiento
de una nueva epistemología desde el rigor y desde la ética, no en el sentido
moral; y por ende, rescatar el papel del investigador y de su subjetividad
desde la imaginación, la creatividad y la innovación.
Producto
del caminar de la investigación en educación en este planteamiento metodológico,
es el aumento en la producción de la investigación educativa. La práctica
docente, la relación entre el maestro y el alumno, y el docente como tal, se
estudian aludiendo a los procesos de simbolización, significación y
comunicación; a las condiciones concretas en que sucede el fenómeno educativo;
a la historicidad desde la dimensión genético estructural; al rescate del papel
activo del sujeto investigador e investigado.
En
torno a la investigación de corte interpretativo, etnográfico, sociocultural,
cualitativo o alternativo, la dimensión de la discusión abordada en esta
ocasión no es la única ni se agota. Mantener presente el debate conlleva una
gran oportunidad para la investigación educativa y para el proceso de
definición de ciencia de la educación como tal, al ir describiendo sus
categorías propias y al abordar lo educativo como un campo en construcción, que
se va construyendo y recreando desde el aporte de otras disciplinas más
estructuradas. Uno de los retos importantes estriba en la búsqueda de una
metodología que logre dar mejor cuenta del fenómeno educativo.
Notas
1
Anthony Giddens, La teoría social, hoy,
Alianza/ Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, l990, p. 13.
2
Lee S. Shulman, "Paradigmas y programas de
investigación en el estudio de la enseñanza: una perspectiva
contemporánea", en Wittrock, La investigación
de la enseñanza. Enfoques, teorías y métodos, Paidós-mec, Barcelona, 1989.
3
Thomas Kuhn, La estructura de las revoluciones
científicas, Fondo de Cultura Económica, México, l975.
4 Ibid.,
p. 40.
5 Ibid.,
p. 13.
6 Shulman., op. cit.,
p. 13.
7
Carmen Merino, "Investigación cualitativa e investigación tradicional:
¿incompatibilidad o complementariedad?", primera parte, en Siglo xxi. Perspectivas de la educación desde América Latina, año
1, núm. 1, mayo-agosto, 1995, p. 34.
8 Idem.
9 Kuhn, op. cit., p. 15.
10 Shulman,
op. cit.
11 Carmen Merino,
op. cit.
12 Shulman,
op. cit., p. 14.
13 Giddens,
op. cit., p. 13.
14
Rosa Martha Romo Beltrán, "¿Cómo investigar en educación?", Sinéctica, núm. 2, iteso,
Guadalajara, enero-junio, l993, p. 12.
15
Elsie Rockwell, Reflexiones
sobre el proceso etnográfico, Departamento de Investigaciones Educativas,
Centro de Investigación y Estudios Avanzados del ipn,
México, l987, p. 23.
16
Jean-Claude Filloux,
"Algunas consideraciones sobre la investigación en educación", en
Patricia Ducong y Monique Landesmann, Las nuevas formas de investigación en
educación, Ambassade de France
au Mexique/Universidad Autónoma
de Hidalgo, México, 1983, p. 39.
17
Idem.
18
Ibid., p. 43.
Artículo
publicado en la revista Educar
Número 12 Metodología Cualitativa
http://www.jalisco.gob.mx/srias/educacion/consulta/educar/dirrseed.html