La intervención didáctica como alternativa para transformar la práctica

 

Angel Pérez Reynoso*

 

El concepto o los referentes acerca de la intervención escolar o educativa son de reciente elaboración, y su campo y avance de construcción continúan en proceso de estructurarse, por lo cual aún hay muchas cosas por decir.

La intervención de las prácticas escolares todavía no tiene un referente o un significado preciso, aunque se le podría considerar preliminarmente como un proceso amplio y complejo surgido desde los docentes y su trabajo y en el cual, teniendo como constante la reflexión de la práctica (acciones, relaciones y significaciones), se busca detectar problemáticas integradas a la misma, explicarlas causalmente y buscarles alternativas de cambio o transformación bajo una perspectiva innovadora. Otra noción al respecto, siguiendo a Ángel Pérez Gómez, podría ser la siguiente:

La intervención del profesor, al igual que ocurre con cualquier otra práctica social, es un auténtico proceso de investigación. Diagnosticar los diferentes estados y movimientos de la compleja vida del aula, desde la perspectiva desde quienes intervienen en ella, elaborar, experimentar, evaluar y redefinir los modos de intervención en virtud de los principios educativos que justifican y validan la práctica y de la propia evolución individual y colectiva de los alumnos, es claramente un proceso de investigación en el medio natural'.

La finalidad central o estratégica del proceso de intervención es el cambio o la transformación de la práctica y, como se dijo, la búsqueda o la perspectiva de la innovación.

A su vez, la intervención de la práctica educativa guarda estrecha relación, a partir de una serie de aportaciones surgidas tal vez por la tradición intelectual inglesa y retomadas por la reforma educativa en España, con lo que se denomina genéricamente investigación en la acción. Esto es, la actitud de regresar a las acciones educativas a partir de la reflexión, para conocer su sentido y su significado y desde ahí mismo iniciar el proceso de búsqueda y transformación. Renei Arnaus nos dice que:

Lo que al profesorado le preocupa no es tanto el saber más sobre la enseñanza, como el mejorarla. El plan de indagación sistemática y pública que debiera ser la investigación en la acción sólo puede defenderse por su relación con la propia acción educativa, por su capacidad para mejorar la práctica educativa que ocurre en las aulas y en los centros. Es decir, las actividades de investigación debieran ser en sí mismas actividades educativas que eduquen a los implicados que ocurren en el marco de un proyecto educativo que forma parte del mismo'.

La intervención de las prácticas escolares implica someterse a un proceso de investigación o indagación de la misma; sin embargo, dicha investigación tiene como propósito conocer los diversos elementos de la propia práctica con sus respectivos psico-sociológicos que la influyan o condicionen. De nuevo, Arnaus nos dice:

En términos prácticos se puede interpretar la investigación en la acción como un proceso cíclico de acción-observación-reflexión-planificación-nueva acción. En definitiva, de lo que se trata es de seguir. un continuo proceso de acción y reflexión fundamentada, por el cual la práctica realizada es analizada a la luz de los datos que obtenemos de ella y de nuestras pretensiones. Este continuo ciclo que puede irse desarrollando con el tiempo, nos obliga tanto a cuestionar la práctica real tal y como ocurre y es interpretada por sus diferentes protagonistas, como a cuestionar nuestra comprensión de la misma y las perspectivas pedagógicas desde las que la analizábamos3.

La investigación en la acción, realizada desde los propios docentes teniendo como objeto su práctica y las acciones que la integran, se convierte en una dialéctica de observación/reflexión/transformación. En dicha dialéctica el docente es el centro del estudio, pero a la vez necesitará distanciarse de las prenociones que tiene de la práctica, no sólo para transformarla -que es el objetivo estratégico-, sino también para transformar la noción o definición de la misma.

Intentar transformar situaciones de enseñanza también lleva a la conciencia de dificultades y resistencias que están instaladas en la forma en que funciona la institución escolar, lo que significa nuevas contradicciones. Esta vez lo que pretendían y el funcionamiento del resto del centro, tanto por las presiones externas que ejerce, como por la forma que éstas se descubren interiorizadas en una misma.4

La noción de reflexión es también uno de los aspectos centrales del proceso o la búsqueda de la intervención. Sin embargo, el concepto de reflexión es a simple vista demasiado ambiguo; podríamos encontrar algunos aportes al respecto en Keneth M. Zeichrier cuando nos dice:

Se ha producido una enorme confusión respecto a lo que en ciertos casos significa la expresión reflexión y otras con ella relacionadas, como investigación del profesor, capacitación, reestructuración. Hemos llegado al extremo de que el conjunto de creencias existentes en la comunidad educativa sobre la docencia, el aprendizaje, la enseñanza y el orden social, se ha incorporado al discurso sobre la practica reflexiva, vaciando prácticamente de sentido el término reflexión.

El mismo autor, en la búsqueda de una definición conceptual sobre la noción de reflexión, nos dice lo siguiente:

Desde un punto de vista superficial, este movimiento internacional que se ha desarrollado en la enseñanza y en la formación del profesorado bajo la divisa de la reflexión puede considerarse como una reacción contra la visión de los profesores como técnicos que sólo se dedican a transmitir lo que otros, desde el exterior de las aulas, quieren.6

Y por último nos dice:

Con el concepto de enseñanza reflexiva, surge el compromiso de los formadores de profesores para ayudar a los futuros maestros a que, durante su preparación inicial, interioricen la disposición y la habilidad para estudiar su ejercicio docente y para perfeccionarse en el transcurso del tiempo y se comprometan a responsabilizarse de su propio ejercicio profesional... Los profesores y maestros que no reflexionan sobre su ejercicio docente aceptan, con frecuencia de manera acrítica, esta realidad cotidiana de sus escuelas y centran sus esfuerzos en descubrir los medios más efectivos y eficaces para alcanzar los fines y resolver problemas en gran medida definidos por otros para ellos.

El proceso o el compromiso de la intervención, aunque tiene su parte medular en la reflexión del sentido y significado de las acciones docentes, por cuestiones de cierre o de una especie de placer o hedonismo docente, viene dándose en la transformación o innovación de la práctica y en las diversas evidencias que se tienen de ello, cuando podemos decir que el maestro y su práctica han sido intervenidos. La transformación e innovación de la práctica puede considerarse como el punto de llegada de todo el proceso de intervención. Sin embargo, dichas nociones no sólo encierran grandes ambigüedades y ausencia de una definición que tenga una traducción para la práctica rnisma, sino que en este espíritu de cambiar o de 'sentirse transformado', los maestros se autoengañan al dejarse llevar por apariencias y por espejismos, de 'cambios' parciales o superficiales, al enfatizar categóricamente que ya 'han cambiado'.

"Los maestros reflexivos -nos dice de nuevo Zeichner- evalúan su actividad docente planteándose la cuestión: '¿Me gustan los resultados?' y no sólo '¿Se han cumplido mis objetivos?'. Creo que aquí es donde se precisa con claridad esta práctica reflexiva tendiente a materializar un proceso de investigación en la acción, es decir, un proceso de intervención de la práctica.

Por otro lado, tenemos que reconocer que, si bien hace falta a últimas fechas la sistematización de lo que podría ser un estudio acerca del estado del conocimiento de los aportes de la intervención didáctica, es importante reconocer que dicha perspectiva teórico-metodológica tiene su origen en los primeros trabajos de corte cualitativo que se han realizado, los cuales van aunados a la investigación al interior del aula; aquí podríamos mencionar el clásico texto de Jackson La vida en las aulas': es a partir de este trabajo, junto con la obra clásica de Sara Delamont, La interacción didáctica', que se genera una nueva cultura por el abordaje, y el compromiso de un nuevo entendimiento de todos los constitutivos de la práctica.

Para el caso de nuestro país, a partir de algunos trabajos de investigación de corte cualitativo, sobre todo en la primera etapa del DIE-CINVESTAV del IPN, se logró introducir estas nuevas orientaciones no sólo en el abordaje del entendimiento de la práctica docente, sino también en las formas nuevas de proceder teórica Y metodológicamente, con respecto a la reflexión, estudio, significación y transformación de la misma.

Regresando al aspecto de la intervención, reconozco que a partir de la experiencia adquirida en la formación y actualización de maestros, sobre todo en la UPN y en la Escuela Normal Superior de Especialidades, se ha generado una materia prima básica, la cual ha sido -en muchos de los casossubutilizada de tal manera que, a partir del encuentro y la interacción con maestros, no siempre se recurre a la reflexión como la mediación o el abordaje básico que caracterice al encuentro. Una primera aproximación, la cual deberá enriquecerse a partir de recabar mayores datos y hacer el análisis de los mismos, ti e que ver con la caracterización que hago del proceso de los docentes -desde la práctica de la asesoría-, en donde el proceso escolar e institucional concluye en un estado de indefinición. Los maestros en proceso de intervención o, dicho más sencillo, de reflexión y transformación de su práctica, quedan en suspenso: por un lado se alejan de las concepciones y prácticas tradicionales parcialmente, retirándose de alguna manera de la esencia de esta postura docente pero, por el otro, no son capaces de consolidar los intentos o su propia expectativa de transformación e innovación. Este estado de indefinición, o este "limbo docente", genera frustración, ansiedad y alto nivel de inseguridad. Lo que sucede es que los maestros tienden a regresar a lo conocido, a las formas habituales de su estilo práctico: es más fácil moverse en lo conocido y más riesgoso incursionar en lo desconocido, y los maestros agudizan o solidifican los niveles de resistencia, de tal manera que la intervención de la práctica queda como una empresa francamente imposible. Expresiones tales como "Maestro, yo intento cambiar, pero siento que mis alumnos no están aprendiendo, y entonces prefiero regresarme a lo que hacía antes, porque eso me ha dado resultado"10, es muy común escucharlas en los intentos y procesos de intervención.

También a la intervención se le ha confundido, se le ha entendido como un fin en sí, cuando es sólo un medio que permitirá facilitar otro tipo de búsquedas y de procesos.

Quiero cerrar este ensayo con la siguiente cita:

Dewey definía la acción reflexiva como la acción que supone una consideración activa, persistente y cuidadosa de toda creencia o práctica a la luz de los fundamentos que la sostienen y de las consecuencias a las que se conduce. Según Dewey, la reflexión no consiste en un conjunto de pasos o procedimientos específicos que hayan de seguir los profesores. Es, en cambio, una forma de afrontar y responder a los problemas, una manera de ser como maestro. La acción reflexiva constituye también un proceso más amplio que el de la solución lógica y racional de problemas. La reflexión implica intuición, emoción y pasión, no es algo que pueda acotarse de manera precisa y enseñarse como un conjunto de técnicas para uso de los maestros".


*Coordinador de la Unidad de Investigación de la Dirección de Psicopedagogía de la Secretaría de Educación, y asesor de la Universidad Pedagógica Nacional.


Notas

1 Ángel Pérez Gómez, "El profesor como profesional autónomo que investiga reflexionando su propia práctica", en John Elliot, La investigación-acción en educación, Morata, Madrid, 1990, pp. 161 S.

2 Arnaus Remei y José Contreras, "Una experiencia de investigación en la acción% Cuadernos de Pedagogía, núm. 220, monográfico "El profesorado", Barcelona, diciembre 1993, pp. 85-90.

3 Op. cit., p. 86.

4 Ibid., p. 89.

5 Kenneth M. Zeichner, "El maestro como profesional reflexivo% en Cuadernos de Pedagogía, núm. 220, monográfico "El profesorado", Barcelona, diciembre 1993, pp. 44-49.

6 Op. cit., p. 44. 7 Ibid., p. 46.

8 Existe edición española, Phill Jackson, La vida en las aulas, Morata, Barcelona, (1991)

9 Sara Delamorit, La interacción didáctica, existe una traducción parcial al español en la colección Cincel de Editorial Kapeluz, Madrid, 1987.

10 Expresión registrada en una sesión de trabajo, en el curso "La matemática en la escuela lll", en la UPN, Unidad 145, curso semiescolarizado, julio de 1996.

11 Citado en Zeicliner, op. cit., p. 46.

 

Artículo publicado en la revista Educar

Número 1 Intervención Educativa                  

http://www.jalisco.gob.mx/srias/educacion/consulta/educar/dirrseed.html