LA EDUCACIÓN PARA LA CREATIVIDAD .
Eunice M. L. Soriano de Alencar.
Nuestra tarea como educadores
no es la de reconocer el talento creativo posteriormente a su expresión, pero
si la de estimular el talento cuando es aún potencial y ofrecer condiciones que
van a facilitar su desarrollo y expresión.
MacKinnon, 1959
La
creatividad es una habilidad crítica en los días actuales, dadas las
características de complejidad, incertidumbre, turbulencia, cambio, progreso y
competición que caracterizan al mundo del trabajo y a la sociedad. Estar
preparado para solucionar problemas y solucionarlos de forma creativa es, sin
duda, algo indispensable en este escenario, donde innovar es la palabra de
orden.
La
creatividad, sin embargo, no es un fenómeno simple. Es, por el contrario,
dinámico, complejo y multifacético, dependiendo para su expresión tanto de
factores del individuo, como de estilos de pensamiento, abordajes para
resolución de problemas, rasgos de personalidad y motivación, así como de
condiciones favorables en el ambiente de la familia, la escuela y el trabajo.
La expresión de la creatividad está, incluso, profundamente afectada por
factores de orden histórico, social y cultural.
A pesar
de ser, tal vez, el recurso más valioso de que disponemos para lidiar con los
desafíos que acompañan nuestra época, se observa un gran desperdicio del
potencial creativo, producto de varios factores, como el modelo de enseñanza
predominante en la gran mayoría de las escuelas, que tiende a reducir la
creatividad del alumno por debajo de posibilidades reales. Este recurso ha
sido, por ejemplo, tradicionalmente bloqueado por prácticas educacionales que
enfatizan en demasía la reproducción del conocimiento en perjuicio de las
habilidades de pensar e imaginar y que tienden a destacar la ignorancia, la
incapacidad y las limitaciones del alumno, haciendo que muchos subestimen sus
competencias e interioricen una visión negativa de sí mismos.
Dentro
de las características del modelo de enseñanza presente en muchas escuelas que
necesitan ser revisadas, resaltaremos aquí algunas que hemos observado en
nuestra práctica como investigadora y especialista en creatividad. Sin embargo,
no podríamos dejar de destacar la existencia de fuerzas adversas presentes en
nuestra cultura que dificultan y llegan incluso, en algunos casos, a impedir el
desarrollo y la realización del potencial para crear. La influencia poderosa de
estas fuerzas es de tal orden, que Abraham Maslow,
uno de los psicólogos más prominentes del presente siglo, llegó a afirmar que
"El hombre creativo no es un hombre común al que se acrecentó algo;
creativo es el hombre común del que nada se sacó."
Otras
fuerzas poderosas en la cultura enfatizan de forma exagerada el pensamiento
analítico, convergente y lógico, predominante en la sociedad occidental. Un
estudio realizado en los Estados Unidos (Toren,
1993), mostró, por ejemplo, que tales fuerzas se reflejan en la escuela, toda
vez que fue observado que 80% de la energía educativa en cursos universitarios
es dirigida a disciplinas analíticas, cuando la realidad actual está exigiendo,
de manera creciente, que también se prioricen la habilidad para lidiar con
hechos nuevos, sin reglas preestablecidas, la capacidad de innovar y el
desarrollo del alumno como persona.
Paralelamente
a este énfasis, una serie de presupuestos cultivados en la sociedad también
contribuyen a mantener adormecido el potencial humano para crear, dificultando
al individuo arriesgarse a experimentar, a osar, a divergir, a imaginar, a
soñar despierto. Dentro de estos presupuestos se destacan: a) todo debe tener
utilidad, b) todo debe funcionar, c) todo tiene que ser perfecto, d) no debemos
soñar despiertos, e) no se puede divergir de las normas impuestas por la
cultura, f) se debe evitar ambigüedad.
El
perfil de un modelo de enseñanza que inhibe la creatividad
Aunque
estemos vislumbrando un nuevo milenio, persiste en la escuela un conjunto de
fuerzas que inhiben el desarrollo de la creatividad y dificultan su expresión.
En la escuela es común el predominio de una educación volcada excesivamente
para el pasado, con un énfasis exagerado en la reproducción del conocimiento y
en la memorización de contenidos, exige del alumno, muchas veces, conocimientos
obsoletos. Por ejemplo, en una investigación de nuestra autoría, en la cual
varias pruebas de conocimiento utilizadas en escuelas primarias de Brasil, más
de una vez percibimos el énfasis exagerado en la reproducción del conocimiento,
a la par de una exigencia de que el alumno memorizara conocimientos
irrelevantes.
Observamos,
inclusive, que respuestas aparentemente correctas no eran consideradas como
tales por el profesor, toda vez que el alumno no había reproducido todas las
informaciones presentes en el libro. En uno de los ítems donde se exigía del
alumno la descripción de una brújula, pudimos percibir, por ejemplo, que el
profesor les quitó puntos a aquellos que no incluyeron en su respuesta el hecho
de haber sido inventado por los chinos algunos siglos antes de Cristo, como se
afirmaba en el libro de texto adoptado por la escuela. A conclusión semejante
llegamos después de examinar más de veinte mil ítems y ejercicios de 40 libros de
ciencias. Este análisis nos llevó a comprobar que la gran mayoría (más de 90%)
estaba enfocada a la reproducción de la información, mientras que sólo un
número insignificante de ítems exigía del alumno el uso de su experiencia y
observación, además de la inexistencia de ítems enfocados hacia el ejercicio
del raciocinio y de la habilidad para pensar de forma creativa e innovadora.
Una
característica del sistema de educación que también ha sido observada por
nosotros es el hecho de que, desde los primeros años de escuela, se aprende que
para cada problema o cuestión hay apenas una respuesta correcta, siendo
fortalecida todo el tiempo la dicotomía cierto-falso aprendiendo el alumno que
él debe siempre dar la respuesta correcta, que no puede engañarse, siendo visto
el error como sinónimo de fracaso y que debe ser evitado siempre. El error
genera sentimientos de vergüenza y constreñimiento. El espacio reservado para
preguntas que posibilitan múltiples respuestas, para la exploración de nuevos
abordajes en el proceso de solucionar problemas y para el uso de formas
divergentes de lidiar con el contenido programático, es muy reducido, si no
inexistente en la gran mayoría de las escuelas.
Paralelamente
a esta práctica de ejercicios que solamente acepta una respuesta, cultivando
excesivamente el miedo al error y al fracaso, los profesores tienden a
subestimar el potencial y el talento de sus alumnos, como comprobamos en un
estudio con profesores de enseñanza primaria, que consideraban a la mayor parte
de sus alumnos como poco creativos (Alencar, 1989b).
Es también común dar relevancia a la incapacidad, a la ignorancia y a la
incompetencia del alumno, dejando de señalar lo que cada uno tiene de mejor en
términos de talentos y habilidades. Esto lleva al desarrollo de una visión
pesimista de los recursos casi ilimitados de nuestra mente, de nuestra
capacidad de crear, de nuestra capacidad de proponer nuevas ideas y de
vislumbrar nuevas posibilidades y opciones ante problemas y desafíos.
Mientras
los tiempos modernos están exigiendo un perfil de hombre marcado, sobre todo,
por la autoconfianza, la iniciativa, la independencia
de pensamiento y acción, la persistencia, el coraje para arriesgarse y la
habilidad para solucionar nuevos problemas, los rasgos más cultivados en
nuestra escuela son la obediencia, la pasividad y la dependencia, como
comprobamos en un estudio con 230 profesores que, al describir el perfil del
alumno ideal, se olvidaron de rasgos esenciales para el éxito profesional en
este fin de milenio (Alencar y Rodríguez, 1978). Las
conclusiones a las cuales llegamos mediante las investigaciones realizadas en
Brasil sobre este aspecto pueden ser generalizadas, toda vez que algo similar
ocurre también en muchos otros países, como observamos mediante contactos con
profesionales de otros continentes.
Observamos
también que nuestra enseñanza está dirigida únicamente hacia el conocimiento
del mundo exterior, contribuyendo poco para el autoconocimiento.
Aprendemos sobre el universo, los países, la historia del hombre, pero seguimos
desconociendo nuestros talentos y posibilidades. Aprendemos sobre el mundo,
pero reflexionamos poco sobre nosotros mismos, sobre el potencial casi
ilimitado de nuestra mente, sobre el poder y valor de nuestra imaginación.
La
escuela aún no considera la imaginación y fantasía como dimensiones importantes
de la mente. Hemos visto en muchas escuelas brasileñas niños de cuatro años de
edad, en su primer año en el kínder, llevando ya a la
casa una larga lista de ejercicios y tareas que les toma tiempo libre,
impidiéndoles jugar. En un análisis con relación a los prerrequisitos para que
el niño sea aceptado en el primer grado de muchas escuelas privadas brasileñas,
pudimos ver que algunas de ellas exigían, incluso, el conocimiento de la
multiplicación y la división y el dominio rudimentario de fracciones, con un
nivel de exigencia más allá del deseable, considerando la edad en la cual se
encontraba el niño.
Hemos
observado también que entre los profesores predomina una concepción errónea de
la creatividad, considerándola como si fuera una dádiva, un privilegio de
pocos, presente apenas en grandes artistas, inventores y científicos. También
es común su representación como una característica innata y que, por lo tanto,
no puede ser enseñada o aprendida. Observamos también entre los profesores la
consideración de que la creatividad dependería solamente de la inspiración del
individuo, cuando sabemos que la preparación, dedicación, disponibilidad de
tiempo y de recursos son también factores de gran importancia para la
producción creativa.
Repensando
el sistema educacional
Necesitan
ocurrir cambios significativos en el sistema educacional con el objetivo de
alterar el cuadro presentado. Uno de los cambios necesarios, por ejemplo, es la
revisión de la escuela tradicional. Esta escuela, como se sabe, tiende a ser
muy rígida, exigiendo del alumno el estudio de contenidos idénticos en
velocidades y estilos similares.
Es
necesario también ampliar los objetivos propuestos para la enseñanza. Prevalece
un énfasis exagerado en el dominio de la información y en la repetición de
ella, priorizándose solamente el entrenamiento de un reducido número de
habilidades cognitivas. Entretanto, como recuerda Gardner
(Gama, 1993), si hay interés de la escuela en preparar al alumno para la vida,
ella, por cierto, no puede limitarse solamente al entrenamiento del raciocinio
verbal y lógico.
En este
contexto, se prioriza lo conocido y poco se hace en el sentido de preparar al
alumno para enfrentar de manera satisfactoria, de manera personal y creativa,
lo desconocido. Una prueba de esto es el reducido espacio reservado para la
búsqueda, para el descubrimiento y para la manipulación de problemas que
posibilitan muchas soluciones.
Uno de
los grandes desafíos que se hace evidente tiene que ver con la promoción de
condiciones más adecuadas al desarrollo del potencial creativo del alumno.
Nuestras investigaciones se concentran en esta área y una gran cantidad de las
informaciones que hemos acumulado apuntan hacia el poco énfasis que recibe el
desarrollo de las habilidades creativas en la escuela (Alencar,
1991, 1993a, 1993b). Recientemente desarrollamos, por ejemplo, un estudio (Alencar, op. cit.), con una muestra de estudiantes universitarios (N=428) para investigar, entre otros aspectos, la percepción
de estos estudiantes con respecto a la magnitud en la que diferentes aspectos
relacionados con la creatividad venían siendo estimulados por sus profesores.
Para tal cosa, utilizamos una escala construida y validada por nosotros, que
incluye varios ítems, como los siguientes:
Los
profesores universitarios, de manera general:
·
Cultivan en los alumnos el gusto por el descubrimiento y por la búsqueda de
nuevos conocimientos.
· Hacen
preguntas desafiantes que motivan a los alumnos a pensar y a razonar.
·
Promueven la autoconfianza de sus alumnos.
·
Estimulan la curiosidad de los alumnos mediante tareas propuestas en sus
disciplinas, llevando al alumno a percibir y a conocer puntos de vista
divergentes sobre el mismo problema o tema de estudio.
·
Utilizan formas de evaluación que exigen de los alumnos solamente la
reproducción del contenido dado durante las clases o contenidos en los libros
de texto (invertido para fines del análisis).
1.
Además de responder a este instrumento, también se les pedía a los alumnos que
evaluaran su propio nivel de creatividad, el de sus compañeros y el de sus
profesores, dentro de una escala de siete puntos que iba de "nada
creativo" hasta "extremamente creativos".
2.
Nuestros datos indicaron que, según los estudiantes universitarios que
participaron del estudio, sus profesores proporcionan muy poco incentivo a la
expresión de la creatividad. Los estudiantes incluso se percibían como
significativamente más creativos que sus profesores, los cuales fueron
evaluados como muy poco creativos. Se observó, además, que los estudiantes del
sexo masculino se evaluaron como significativamente más creativos que los del
sexo femenino, aunque no fueron observadas diferencias entre estos dos grupos
en los test de pensamiento creativo.
3. Por
otro lado, el papel crucial del profesor para la identificación y el estímulo
del talento en distintas áreas fue observado en un estudio de nuestra autoría (Alencar, Neves-Pereira, Ribeiro y
Brandão, 1996) con una muestra de 30 investigadores
brasileños que se destacaban por su producción y creatividad. Éstos, al apuntar
factores que tuvieron alguna influencia en su vida profesional, hicieron
referencia a antiguos profesores, cuyos papeles fueron fundamentales para
elegir su profesión y para dirigir y concientizar
habilidades y capacidades por parte de nuestra muestra.
4.
Varios autores, como Chambers (1977) y Von Ardenne (1990), destacan el
papel del profesor en el desarrollo de talentos, llamando la atención sobre la
importancia del contacto del alumno con profesores de características
especiales. Von Ardenne
(1990), por ejemplo, al examinar las condiciones facilitadoras
para el desarrollo de talentos, destaca la importancia del reconocimiento,
apoyo e incentivo del profesor en la dirección del aprendizaje y en la abertura
de nuevos caminos y oportunidades para el alumno. Recuerda Von
Ardenne que, sobre todo en los años de universidad,
un factor que favorece mucho el desarrollo del talento creativo es la
posibilidad de contacto intenso con una gran personalidad en el área de interés
del estudiante, ilustrando este aspecto con datos recogidos en Alemania.
También Chambers (1977), al examinar las
características de profesores universitarios que promueven la creatividad,
observó que los docentes que más favorecían el desarrollo del potencial
creativo eran los que aceptaban ideas divergentes, que expresaban entusiasmo
por la enseñanza, mostraban al alumno grandes posibilidades de elección de
temas en los estudios, incentivaban la independencia y servían como modelos.
5.
Nuestros estudios señalan también varias posibilidades para un mejor
aprovechamiento del potencial creativo, apuntando hacia diversas dimensiones
del comportamiento humano, como el afecto y los juegos, que son de gran
importancia y que deben estar siempre presentes en el proceso de enseñanza y
aprendizaje. Lograr que el alumno experimente placer en el aprendizaje de algún
asunto debe ser el primer objetivo de todo profesor. Lograr que el alumno tenga
conciencia de que no se aprende para la escuela, sino para sí mismo y para su
propia vida, es la primera función del educador.
6.
Creemos, pues, que es necesario repensar la educación respecto al contenido y a
la forma como ésta está siendo trabajada (muy volcada hacia la reproducción y
memorización). Hoy se sabe que ya no basta el conocimiento: ejercitar la
capacidad de pensar, imaginar y crear es de fundamental importancia. Es
necesario ampliar las habilidades que van a ser estimuladas y aumentar la
satisfacción y el gusto de aprender y de crear. Es necesario reformular la
imagen del alumno ideal, donde la obediencia, pasividad y el conformismo ocupan
un lugar central, para que se incluyan el compromiso, la dedicación, el entusiasmo,
la iniciativa, la persistencia, la capacidad de aprender con sus propios
errores y la curiosidad, rasgos que contribuyen de manera importante a la
búsqueda de nuevos problemas, a la interpretación de viejos problemas bajo
nuevos ángulos y al mejor aprovechamiento de las capacidades creativas.
Algunos
componentes de la creatividad
Varios
son los modelos y teorías propuestas por diferentes autores para hacer
referencia al acto creativo o a los componentes que favorecen la expresión de
la creatividad. Renzulli (1992), por ejemplo, propuso
una teoría para el desarrollo de la creatividad productiva en personas jóvenes,
que incluye diferentes aspectos relativos a proporcionar actos ideales de
aprendizaje. Este modelo contiene tres componentes principales: el alumno, el
profesor y el currículum, cada uno de ellos con algunos integrantes. En lo que
se refiere al profesor, por ejemplo, el conocimiento de la disciplina, la
intimidad con ésta y el dominio de técnicas instruccionales
son aspectos importantes. Renzulli considera además
algunos atributos de personalidad deseables en los profesores, como
flexibilidad, optimismo, entusiasmo, apertura a nuevas ideas y una actitud de
seguridad aunque no autoritaria. También Sternberg (Sternberg 1991; Sternberg y Lubart, 1995) propuso una teoría de la creatividad donde
señala distintos factores que convergen en un desempeño creativo. Su teoría
incluye, entre otros, estilos de pensamiento, un grupo especial de rasgos de
personalidad, inteligencia y conocimiento.
El modelo
que fundamenta nuestro trabajo incluye los cinco componentes presentados en la
Figura 1. Este modelo está orientando nuestros programas de creatividad y fue
construido con base en nuestras experiencias de coordinación de seminarios y workshops de creatividad para estudiantes
universitarios, profesores, gerentes y otros profesionales de diferentes áreas.
Incluye factores como habilidades de pensamiento, motivación y personalidad,
además del clima psicológico percibido por el individuo en su ambiente.
Habilidades
relacionadas al pensamiento creativo. Aquí, se podrían destacar la
fluidez de ideas, la flexibilidad y la originalidad de pensamiento.
Rasgos
de personalidades que favorecen la expresión de la creatividad.
Iniciativa, independencia, autoconfianza,
persistencia, curiosidad, espontaneidad e intuición, son algunos de estos
rasgos. En un estudio sobre este aspecto, con una muestra de investigadores
brasileños que se destacaban por su producción creativa, pudimos comprobar que
este grupo se caracterizaba, sobre todo, por el entusiasmo y una gran
dedicación al trabajo, además de presentar iniciativa, perseverancia e
independencia de pensamiento y acción, como rasgos más sobresalientes (Alencar, estudio en proceso).
Barreras
a la expresión de la creatividad. Se sabe
que la creatividad es influenciada positivamente por las motivaciones y
negativamente por una enorme diversidad de barreras que limitan las
posibilidades de realización del potencial creativo. Dentro de las barreras que
impiden a la persona aprovecharse de sus potencialidades, podríamos destacar
algunos bloqueos de origen emocional, a la par de otros de carácter cultural.
Dentro de los primeros se destacan el miedo a cometer errores, el miedo de ser
criticado, la falta de confianza en las propias ideas y capacidades, el deseo
excesivo de seguridad y orden, el acomodamiento, el miedo de parecer ridículo,
la inseguridad y los sentimientos de inferioridad. En el segundo grupo estaría
la concepción de la fantasía y de la reflexión como pérdida de tiempo, la
consideración de la tradición como preferible al cambio, el énfasis en la razón
y lógica, y desvalorización de la intuición y los sentimientos.
Los
caminos para la creatividad
Varias
son las prácticas que el profesor podrá seguir hacia la promoción de mejores
condiciones para el desarrollo del potencial creador. Algunas sugerencias en
este sentido son presentadas a continuación:
·
Recuerde que los alumnos expresan en forma más plena sus habilidades creativas
cuando realizan actividades que les dan placer.
· No se
restrinja a ejercicios y actividades que posibiliten sólo una respuesta
correcta. Utilice también ejercicios que estimulen a los alumnos a ser lo más
originales posible en sus respuestas.
·
Valorice las ideas originales de sus alumnos
· Una
idea original es apenas el primer paso. Es necesario
también enseñar a los alumnos a revisar, refinar, elaborar sus ideas creativas.
·
Promueva un ambiente que estimule las ideas creativas.
·
Incentive a los alumnos a presentar y a defender sus ideas.
·
Destaque lo mejor que cada alumno tiene e infórmeles sobre sus "puntos
fuertes".
·
Desarrolle actividades que requieran del alumno iniciativa e independencia.
·
Estimule la curiosidad de los alumnos a través de las tareas propuestas en
clase.
· Haga
preguntas desafiantes, que motiven a los alumnos a pensar y a razonar.
· Dé
tiempo a los alumnos para pensar y desarrollar sus ideas.
· Dé
oportunidades a los alumnos para discordar de sus puntos de vista.
·
Diversifique las metodologías de enseñanza utilizadas en clase.
·
Promueva un ambiente de respeto y aceptación por las ideas de los alumnos.
·
Provoque en los alumnos confianza en sus competencias y capacidades.
·
Exponga a los alumnos sólo a críticas constructivas.
·
Estimule a los alumnos a utilizar técnicas de resolución creativa de problemas
(como tempestad de ideas) en sus proyectos de ciencia, actividades artísticas y
redacción, con el objetivo de llegar a un producto más creativo.
· Ayude
a los alumnos a librarse del miedo a cometer errores, manifestando tolerancia y
respeto por sus ideas, cuestiones y producciones.
·
Proteja las producciones de los alumnos de la crítica destructiva y de las
humillaciones de sus compañeros.
·
Reconozca que la creatividad incorpora una variedad de procesos (resolución de
problemas, pensamiento divergente, pensamiento convergente) y una serie de
hechos motivacionales y de personalidad (como el
autoconcepto, la autoconfianza, la curiosidad, la
flexibilidad y la motivación intrínseca).
Las
prácticas presentadas aquí seguramente constituyen una base para la creatividad
en el ambiente académico. Ellas están presentes en una escuela que promueve la
creatividad y cuyo perfil es presentado en el Cuadro 1.
Notas
*
Ponencia presentada en el Congreso Internacional de Superdotación,
Portugal, octubre, 1996. Fragmentos de este artículo fueron tomados de textos
publicados anteriormente por la autora, como A gerencia da criatividade (1996a) y Criatividade
em sala de aula (1996b).
Bibliografía
Alencar, E. M. L. S., A criança
na família e na sociedad. Petrópolis, Vozes,
1985.
— O
estímulo à criatividade nos livros
de Ciências no ensino de 1_
grau. Trabajo presentado en la XIX Reunião Anual da Socieda de Brasileira de Psicologia, Ribeirão Preto, Sao Paulo, 1989a.
—
"A repressão ao
potencial criador", Psicologia, Ciência e Profissão, 9 (3),
11-13, 1989b.
Artículo
publicado en la revista Educar
Número 10 Creatividad y Educación
http://www.jalisco.gob.mx/srias/educacion/consulta/educar/dirrseed.html