IWORLD
Número 36. marzo de 2001
Internet 2-CAT y SABA, dos proyectos paralelos de
Internet de segunda generación en España. Juan Quemada, director del proyecto
SABA y catedrático de la UPM y Sebastià Sallent, director del proyecto Internet2-CAT y catedrático
de la UPC
La saturación de la actual Internet es un hecho. Los usuarios demandan mayor
ancho de banda para acceder a todo tipo de contenidos multimedia que se van
añadiendo a la Red, más seguridad para comprar en línea, y movilidad integrada
con otros dispositivos. En España hay algunas iniciativas en marcha sobre
Internet de Segunda Generación, en Cataluña y la Comunidad de Madrid.
Internet 2-CAT es un proyecto liderado por la administración catalana y la
universidad pero ampliamente participado por el sector empresarial con visos de
una futura independencia comercial. El proyecto SABA de la Universidad
Politécnica de Madrid ya ha encontrado sus primeras aplicaciones en el sector
educativo y de videoconferencia, sirviendo de experiencia pionera en el entorno
europeo e intercontinental. Ambas iniciativas participan en el camino hacia una
Internet de segunda generación, y se enfrentan a los mismos condicionantes
tecnológicos y políticos que envuelven a los proyectos de investigación en
España.
¿Qué iniciativas se han realizado ya sobre estas plataformas, y qué proyectos
se contemplan en un futuro?
- Juan Quemada: Hemos desarrollado básicamente tres tipos de servicios.
Primero, congresos y seminarios distribuidos, que ya están desplegados.
Utilizamos la aplicación ISABEL para estos cursos distribuidos en línea. En
segundo lugar, tenemos un compromiso de realizar teleformación
corporativa, en SABA 2, porque queremos buscar usuarios externos, además de los
usuarios internos del propio proyecto, ya que la tecnología es sufi-cientemente madura. Y el
tercer punto es teletrabajo y telerreunión.
Todas las reuniones del proyecto ya las hacemos a través de ISABEL.
- Sebastià Sallent:
Internet 2-CAT es una estructura piloto que cuenta con 40 puntos conectados. En
la primera fase se ha montado la infraestructura y los servicios de redes y se
ha buscado proveedores de contenido. Sobre esta plataforma se han desarrollado
una serie de servicios mínimos de nueva generación como calidad de servicio, la
nueva versión IPv6, multicast
y aspectos de seguridad. En la segunda fase intentamos ubicar nuevos socios
dentro del consorcio, principalmente nuevos operadores y actores del sector de
los contenidos y de las aplicaciones. En el futuro se contempla aumentar el
ancho de banda y la calidad de servicio y pasar a un acceso de usuario final
con tecnología óptica, además de reforzar la parte de seguridad y de multicast.
¿Qué instituciones públicas y privadas lideran estos proyectos?
- Juan Quemada: SABA es un proyecto de la Universidad Politécnica de Madrid, la
Universidad Politécnica de Barcelona, y Telefónica I+D,
pero el proyecto cuenta con varios patrocinadores, entre los que están
Telefónica, RedIris, que es parte del programa
nacional de investigación, Cisco Ibérica, y Satec, otra
compañía de tecnología de redes, y ellos nos están dando bastantes facilidades
en cuanto a instalaciones y co-- nectividad
de red, sobre todo Telefónica. También colaboramos con las universidades y
centros de I+D de Ottawa, Avieiro,
en Portugal, Deutsche Telekom
y la Universidad de Viena.
- Sebastià Sallent: La idea
inicial fue de la UPC y del Departamento de Universidades, Investigación y
Sociedad de la Información (DURSI) de la Generalitat
de Cataluña. Aunque se trata de un proyecto expe-rimental, las empresas tienen un papel importante. De hecho
es un consorcio entre la universidad y las empresas con la voluntad de probar
aplicaciones para usuario final. El DURSI ha participado con 40 millones de
pesetas para el desarrollo, además de las aportaciones del resto de socios. El
año pasado el proyecto tuvo un importe aproximado de 270 millones.
¿Es factible una Internet de banda ancha o de segunda generación a corto plazo
accesible a nivel general?
- Juan Quemada: El principal problema es de financiación. Se ha invertido mucho
dinero en la Internet tradicional y hay que amortizarlo. Eso retrasa la
introducción de nuevas tecnologías porque hay un lastre de las infraestructuras
pasadas. El mercado de las telecomunicaciones es algo fundamentalmente político,
y se desarrolla en tanto en cuanto las leyes fomenten ese desarrollo. Estos
temas van lentos y requieren un tiempo. Internet estuvo más de 30 años hasta
que a mediados de los 90 se empezó a expandir. Con la Internet de segunda
generación pasará lo mismo, aunque irá bastante más rápido ya que no parte de
la nada. Eso sí, lo que se necesita es una apuesta por parte de gobiernos e
instituciones para el desarrollo de esta red, y también por parte de los
legisladores.
- Sebastià Sallent: Sí,
siempre que las redes de acceso estén suficientemente maduras y los costes se
pongan a un nivel asequible para el usuario final. La tecnología está semipreparada pero hay problemas de integración, de costes
y algunos puntos inmaduros a nivel de inter-conectividad.
Tecnologías como el cable o ADSL está llegando al usuario final con ancho de
banda suficiente, pero para que llegue con servicios de segunda generación se
tiene que crear un mercado con unas necesidades y, en función de ellas y del
consumo, se podrán abaratar los costes. Se está casi en condiciones de tener
una infra-es-tructura
mínima.
¿Que diferencias existen entre ambos proyectos y porqué no se lleva a cabo una
colaboración más estrecha entre los mismos, tratándose del mismo tema de fondo,
Internet de segunda generación?
- Juan Quemada: Nuestro proyecto es fundamentalmente de investigación, y
estamos experimentando con los nuevos servicios que se podrían dar en la
Internet de segunda generación para soportar servicios de educación a través de
la Red, teletrabajo, congresos, seminarios,
actividades de tipo servicios. El proyecto Internet 2 es mas político y de
promoción, según tengo entendido, y menos centrado en la experimentación
científica de punta en la que estamos inmersos nosotros. Una vez consolidado
SABA, estamos empezando a colaborar con otros proyectos. Con Internet 2 hemos
hecho alguna colaboración no muy directa, pero que en un futuro se puede
aumentar.
- Sebastià Sallent: La gran
diferencia radica en que SABA es un proyecto de investigación en temas avanzados
de Internet. Sin embargo se está colaborando con ellos desde la UPC a través de
miembros de los grupos de investigación de protocolo y servicios. A medida que
la iniciativa SABA desarrolle islas de conexión, se ha hablado de realizar una
interconexión con las de i2-CAT. Tecnológicamente no hay ningún impedimento,
otro tema es el punto de vista político. Actualmente i2-CAT está conectada con
la Internet2 americana, consorcio que engloba más de 180 universidades
trabajando con el gobierno y la industria.
Además del propio desarrollo de investigación, ¿qué futuro comercial pueden
tener ambos proyectos?
- Juan Quemada: Nosotros empezamos a comercializar la aplicación ISABEL en
verano del año pasado y la respuesta ha sido muy positiva. Lo utilizan las grandes
corporaciones para comunicación corporativa, teleformación,
en universidades, como cursos, congresos, proyectos de investigación, y el
potencial es muy grande. Existe un potencial de uso a nivel de investigación, y
también a nivel de viabilidad industrial, pero son cosas que se irán
demostrando a medida que se extiendan.
- Sebastià Sallent: En la
segunda fase la estructura se hace por grupos de interés o clusters. Se están
potenciando los clusters de audiovisual y de sanidad para tener aplicaciones
más genéricas que abarquen al usuario final. Sectorizar intereses es la única
manera de sacar adelante proyectos competitivos. Después cada uno de estos
sectores aportará el entorno comercial. Esta es nuestra filosofía de cómo se
pasa de un entorno de pruebas a un entorno comercial.
¿Contemplan desde el proyecto SABA y el de Internet2-CAT dos salidas
comerciales como pueden ser Internet móvil y una Internet de aplicaciones de
servicios para usuarios?
- Juan Quemada: Sí, en este momento en SABA 2 nos hemos centrado en Internet
terrestre y fija, pero la Internet móvil ha arrancado muy fuerte desde la
concesión de licencias UMTS, y nos estamos planteando hacer experiencias en
este sentido. Es un tema que estamos investigando, no en este proyecto, sino en
proyecto de investigación a nivel europeo, con fabricantes de UMTS como
Ericsson o Siemens. El proyecto SABA, cuando esté maduro, también será una
plataforma de nuevos servicios. Hasta ahora hemos trabajado en un entorno Peer to Peer
sobre Linux, aunque para hacer el despliegue masivo
de aplicaciones también es conveniente soportar la estructura ASP.
- Sebastià Sallent: Dentro
de i2-CAT hay una estación GPRS, pilotada por un operador, para aplicaciones
móviles relacionadas con la sanidad en los hogares. La idea es que la red de
acceso llegue a cualquier punto por medios alámbricos
o inalámbricos. Interesan mucho las tecnologías de movilidad ya sea en el
sentido de redes LAN como telefonía de tercera
generación. Se contempla que, cuando se dispongan de terminales y las
estaciones base estén más pulidas, cesen las pruebas de GPRS y se empiece a
realizar las pruebas en UMTS.
Alfonso
H. Marín y Toñi Herrero. [01/03/2001 ]