Modelo de Orientación
Vocacional
para el desarrollo integral del deficiente
Pedro Alvarez Pérez, Belén Hernández Luis y
Josena Sánchez Rodríguez*
Introducción
Son
muchos y muy variados los problemas que dificultan la integración plena de los
deficientes. Y no nos referimos precisamente a aquellos con profundas
discapacidades, sino a otros que, aun con algún tipo de limitación, tienen por
sí mismos condiciones suficientes para incorporarse a la dinámica social. A los
inconvenientes que se generan en el propio ambiente familiar, donde se lleva a
cabo la primera selección importante, se vienen a unir toda una variada gama de
impedimentos tales como: las barreras arquitectónicas, la actitud y aptitud del
profesorado, las exigencias curriculares, la falta de interrelación social,
etc. que conducen, en muchos casos, a situaciones de abandono, automarginación,
pobres expectativas y autoconcepto negativo.
El
panorama puede resultar aún más desolador y preocupante cuando se plantea la posibilidad
de incorporación al mundo laboral. Las dificultades ante este hecho sobrepasan
a veces las barreras de lo injustificable y se adoptan medidas que carecen de
la más mínima preocupación hacia un colectivo social que tiene derecho a ser
diferente, pero al que no se le reconoce tal derecho en un mundo diseñado y
ocupado por "normales".
Por todo
ello, se presenta como una necesidad urgente que no es posible olvidar el
ofrecimiento de medidas serias y viables que permitan el desarrollo global de
los deficientes en el ámbito familiar, social, escolar y ocupacional. Para el
logro de estos objetivos es preciso que se produzca una normalización de los
servicios con los que se debe contar. Asimismo, es necesaria una acción global,
colaborativa e interdisciplinaria entre médicos, pedagogos, psicólogos, asistentes
sociales y profesores, así como un cambio de actitud más positivo por parte de
la sociedad en general, para que la integración plena (familiar, social,
escolar y ocupacional) deje de ser una utopía y se convierta en una realidad
tal como se contempla en muchos países europeos (Dinamarca, Italia, etc.).
Pensamos
que la integración plena de los deficientes debería entenderse como un proceso,
que se inicie en las primeras etapas de la vida y se continúe hasta la
incorporación al mundo del trabajo. A lo largo de este proceso es necesario
articular las medidas adecuadas en cada período de crecimiento, para que el
desarrollo tenga lugar de forma equilibrada. Esto exige la presencia de
servicios de diagnóstico, atención y estimulación temprana, así como de
asesoramiento familiar para que todos contribuyan al desarrollo inicial sobre
el que se han de asentarlas actividades a realizar en un segundo momento, que
coincide con laincorporación al mundo escolar. Laetapa de la escolaridad es
fundamental y definitiva, puesto que va a condicionar en gran medida las oportunidades
futuras de integración social y laboral. De esta forma, durante el tiempo en el
que el deficiente permanezca en la escuela, deberían desarrollarse todas
aquellas actividades conducentes a una formación intelectual, personal, social
y profesional que le permita competir en igualdad de condiciones a la hora de
incorporarse al mundo del trabajo, tercera etapa importante en el desarrollo de
estas personas.
A lo
largo de este proceso, la Orientación Vocacional tendría mucho que aportar. A
través de ella deberían desarrollarse tareas como el asesoramiento a la
comunidad educativa para favorecer la integración (actitudes favorables,
condiciones de infraestructura, etc.), el asesoramiento al profesorado
(adaptaciones curriculares, relación de los contenidos vocacionales con los
curriculares, desarrollo de los procesos instructivos, etc.), asesoramiento
alas familias (información, colaboración, etc.), asesoramiento a los alumnos
(estudio de los problemas de desarrollo, estimulación en el proceso de
aprendizaje, desarrollo de hábitos sociales, conocimiento de sí mismo,
implementación del autoconcepto, información profesional, esclarecimiento de la
realidad vocacional, ayuda para la toma de decisiones, etc.).
El
contexto educativo es, tal como hemos señalado, el eje fundamental en tomo al
que han de girar gran parte de los procesos que conducen a esta integración
plena. Debido a su relevancia, parece conveniente proponer un modelo para la
organización de programas de intervención que permitan lograr los objetivos
deseados con respecto a la evolución de los deficientes. Se busca con ello el
desarrollo de una acción planificada que se inicie partiendo de una exploración
de las variables que inciden en cada realidad educativa, se continúe con un
análisis de las necesidades observadas, atendiendo prioritariamente aquellas
situaciones que reclamen una actuación inmediata, diseñando para ello programas de intervención preventivos y
ecológicos que sean desarrollados teniendo en cuenta a toda la comunidad
educativa. Los logros obtenidos y el desarrollo de todo el proceso deben ser
evaluados, introduciendo las modificaciones que se consideren oportunas.
Aun siendo
conscientes de las dificultades que entraña abordar un tema como el que hoy nos
ocupa, la realidad que se observa invita a pensar con preocupación en este
grupo de personas poco atendido hasta ahora, que reclama a gritos un puesto en
la sociedad de la que forma parte.
El deficiente: consecuencias educativas
La
Educación Especial puede definirse, dentro del marco de la Didáctica General, como
una didáctica especial diferenciada en función de los sujetos de los que se
ocupa. Su objetivo principal es la optimización de las posibilidades de las
personas excepcionales (situadas tanto por encima como por debajo de la norma).
Para la caracterización de los sujetos de Educación Especial sé han utilizado a
lo largo de la historia conceptos tales como norma, normalidad o normalización
(Nirje,1969; Wolfensberg,1983). En líneas generales, la normalización ha
supuesto la valoración social del deficiente y la preocupación por alcanzar
aquellas conductas y características personales cercanas a las normas del medio
donde vive.
Hacia
1900 hay que situar los inicios de la integración del discapacitado, así como
la proclamación de los derechos fundamentales (derecho a la educación, a la
igualdad de oportunidades, etc.).
La
integración en las escuelas supone algo más que la mera inclusión del
deficiente en el aula. En concreto, una correcta integración va a suponer un
replanteamiento del curriculum educativo (objetivos, metodología, espacios,
etc.), un esfuerzo y preocupación de la Administración por la formación de
profesionales y un trabajo con la familia, el profesorado y la comunidad en
general. Además, deberían elaborarse programas adaptados a las características
del deficiente. Estos programas presentan algunas peculiaridades frente a la
programación general de la escuela:
‑
Es una programación que tiene en cuenta las características individuales.
‑
Se le da mucha importancia a las actividades múltiples y variadas.
‑
Se le da importancia a los objetivos actitudinales, afectivos y conductuales.
‑
Se tiende a introducir conocimientos que capaciten para el mundo profesional.
‑
Se parte de una concepción global del individuo.
‑
Los elementos de motivación han de ser seleccionados y estar siempre presentes.
‑
En el diseño de los programas deben participar todos los profesionales
vinculados a la formación del deficiente.
Si bien
la integración es un hecho y un derecho cada día más estudiado y justificado
desde múltiples sectores (sociales, escolares, laborales, etc.), no ha de
ceñirse sólo a la etapa escolar, ya que a continuación aparecen frecuentemente
planteamientos tales como: "y después de la escolaridad ¿qué
hacemos?", "¿qué le sucede al sujeto una vez cumplidos los 16
años?",... Se hace patente la necesidad, no de una integración parcial,
sino de una plena integración social que signifique, entre otras cosas, la
incorporación al mundo laboral.
Fundamentación teórica de la orientación vocacional
En el
campo de la Orientación Vocacional se han empezado a plantear, a partir de los
años 50, nuevas formulaciones teóricas, que han venido a resaltar el aspecto
evolutivo, dinámico y procesual que caracteriza el desarrollo vocacional
(Brolin, 1977; Jordaan, 1977; Super, 1977). Estas tendencias (teorías del
desarrollo de la carrera) han supuesto una alternativa importante a los
planteamientos de elección profesional estática que habían imperado en épocas
pasadas amparados en la teoría de rasgos y factores (teoría del ajuste).
A partir
de ese momento, se empezó a valorar y atender al desarrollo vocacional en relación
con la necesidad de planificar las sucesivas etapas de la vida (Calvert y
Steele, 1963; Shertzer,1981). En este sentido, el concepto de “carrera” ha
adquirido una nueva dimensión y con él se han querido expresar los distintos
papeles, roles y ocupaciones que los individuos van desempeñando a lo largo de
la vida. La National Vocational Guidance Association ha definido el "desarrollo
de la carrera" como una serie de posiciones que forman la secuencia de la
vida de una persona. Se trata de una concepción fundamentalmente evolutiva, que
tiene en cuenta las etapas evolutivas del crecimiento humano y las tareas más
adecuadas a cada una de ellas. El desarrollo de la carrera es considerado como
una parte de los procesos que se dan a lo largo de la vida dentro del desarrollo
humano.
La
influencia que ha tenido esta nueva postura teórica en el campo de la
orientación vocacional, ha propiciado el nacimiento de gran cantidad de
programas de intervención, con los que se han querido ofrecer vías para que los
procesos de desarrollo personal y vocacional se conduzcan de forma favorable
para los intereses y necesidades de los distintos individuos (Katz, 1966;
Hansen, 1970). En la mayoría de estos programas han quedado reflejadas las
líneas maestras que definen esta tendencia y que básicamente son:
‑
Participar en un enfoque comunitario, en contraposición al modelo tradicional
que se centraba sobre todo en la asistencia individual y puntual o counseling.
Frente a este exclusivismo del hecho orientador, se busca un modelo que tenga
en cuenta otros elementos y factores, que trate de abordar los problemas de una
forma integral y que incida en todos aquellos que participan en el proceso de
orientación (padres, profesores, alumnos, etc.)
‑
Defender los procesos de intervención frente a las metodologías puramente
descriptivas o etiquetadoras. Se pretende hacer hincapié en el desarrollo de
estrategias de acción y elaboración de programas de intervención para la
evolución integral de los individuos.
‑
Tener en cuenta las necesidades y características particulares de cada
individuo, buscando en última instancia que sea él mismo quien encuentre
soluciones adecuadas a sus problemas, partiendo de un conocimiento ajustado de
sus potencialidades que le permita planificar los pasos sucesivos de su carrera
y tomar las decisiones más ajustadas a sus intereses y posibilidades.
‑
Centrarse en el medio, ya que la actividad orientadora debe partir del estudio
de la realidad inmediata que vive cada uno.
‑
Usar estrategias adaptadas a las etapas madurativas de cada sujeto.
‑
Tener en cuenta la variedad de elementos que intervienen en el de de cada
individuo.
Se
rechaza, por tanto, la idea de ajuste entre sujeto y ocupación como fundamento
de la elección vocacional y se insiste más en la perspectiva evolutiva y en el
encadenamiento de decisiones que configuran la carrera académica y profesional
de cada uno (Super y Bachrach, 1957). Es decir, se defiende una concepción
teórica de la orientación vocacional donde se vea ésta dentro de un proceso
continuo que permite favorecer el progreso del orientado a lo largo de las
distintas etapas evolutivas y vocacionales (Secadas, 1978). Esta concepción
parte del hecho de que las elecciones vocacionales y el desarrollo vocacional
forman una secuencia que tiene lugar durante un período extenso y no en un
momento concreto (Salvador y Peiró,1986). A lo largo de este período, los
sujetos precisan ayuda para autocomprenderse, adquirir una plena conciencia de
la realidad circundante, tomar decisiones vocacionales y decidirse por un
estilo de vida futura. Por todo ello, se piensa que la Educación Vocacional
debería ocupar un lugar importante en el curriculum educativo (Watts, 1979) y
participar en un plan de formación integral de los sujetos.
Necesidad de la Orientación Vocacional en la Educación Especial
El
deficiente ha empezado a ocupar un papel, si no principal, si al menos
secundario dentro de nuestra sociedad. Del mismo modo, la Orientación
Vocacional ha ido adquiriendo nuevos derroteros, desde sus comienzos basados
principalmente en el uso de tests (Santana Vega, 1990). Hoy en día trata de
implicarse con el sujeto en su globalidad, atendiendo tanto al ámbito personal
y escolar como al social y profesional (Rodríguez Moreno, 1986).
Partiendo
de estos presupuestos, la orientación vocacional debería contemplar los siguientes
aspectos para contribuir al desarrollo integral del deficiente:
‑
El ámbito personal, que posibilite la preparación del sujeto a nivel madurativo
para lograr su integración social.
‑
El ámbito escolar, centrando la atención en la adaptación del sujeto a la
escuela y en la resolución de todos aquellos problemas que puedan repercutir
negativamente en este proceso.
‑
El ámbito profesional, a través del cual se logre la integración laboral del
sujeto en base a las aptitudes, intereses y habilidades.
Podemos
señalar, por tanto, los siguientes objetivos a los que debería tender la Orientación
Vocacional en este campo:
‑Proporcionar
conocimiento sobre el propio sujeto, ayudándole a conocerse mejor para tomar
decisiones.
‑
Informar a los sujetos y a su familia sobre sus derechos y oportunidades.
‑
Facilitar el proceso de socialización.
‑
Desarrollar la capacidad para resolver problemas vocacionales.
‑
Lograr una acción interdisciplinaria con los distintos servicios de apoyo a la
escuela (Gabinetes Psicopedagógicos, Equipos multiprofesionales, STOEP, etc.).
‑
Favorecer una acción .educativa global e integrada.
‑
Organizar cursos de formación ocupacional que, desarrollados paralelamente a la
formación reglada, contribuyan al desarrollo del deficiente en las áreas
instrumentales.
‑
Ofrecer una formación socio‑laboral orientada a la búsqueda de empleo y/o
para la incorporación al trabajo por cuenta propia.
‑
Establecer contactos con empresas del entorno, informándolas sobre las
posibilidades de inserción laboral de los deficientes (ayudas, apoyos a la
contratación, etc.).
Prioridades en la orientación vocacional del deficiente
La
incorporación del deficiente al mundo laboral es una tarea compleja que
requiere una preparación óptima, evitando de esta manera los errores de la
improvisación que conducen, en muchos casos, a la imposibilidad de alcanzar los
objetivos que se persiguen.
Lo que se
hace evidente es que no se trata de ofrecer trabajo a quien no está cualificado
para ello y caer en la "beneficencia profesional". Se parte, por el
contrario, de la necesidad de preparar para la inserción laboral, lo cual va a
implicar:
‑
Atención personal, para conocer sus posibilidades y limitaciones y responder a
sus demandas y necesidades.
‑
Orientación al profesorado para que realice una labor educativa consciente y
adaptada a las exigencias de cada uno. No se trata de un mero adiestramiento en
habilidades y contenidos, sino un enfoque más global de la educación que
contemple también actitudes sociales, afectivas, madurativas y vocacionales.
‑
Orientación a la familia, en tanto que ésta es determinante en la adaptación
personal y social del deficiente. Es necesario que la familia adquiera una
visión del deficiente como sujeto que puede y tiene derecho a desarrollarse
dentro de la sociedad.
‑
Orientación profesional sobre las posibles salidas profesionales que tienen
estas personas.
Los
agentes implicados en esta labor orientadora van a ser entre otros: profesores,
especialistas en educación, maestros ocupacionales, psicólogos, pedagogos,
asistentes sociales, médicos, orientadores, etc., y entre todos ellos deben
establecerse canales adecuados de comunicación y trabajo en equipo.
Propuesta metodológica
La Orientación
constituye en el presente una actividad científica, compleja y persistente
(Gordillo,1987). Científica por su aporte teórico, compleja por todos los
ámbitos que contempla y persistente por ser un proceso continuo y sistemático.
La
orientación no debe entenderse como una labor aislada,sino incluida dentro del
curriculum escolar (Alvarez Rojo, 1987; Rodríguez Moreno, 1986) y presente a lo
largo de todo el proceso de enseñanza‑aprendizaje (en centros normales,
específicos u ocupacionales). Se parte de la idea de un asesoramiento global en
el ámbito personal, escolar, social y profesional, teniendo en cuenta, al mismo
tiempo a todos los implicados en el desarrollo integral de los sujetos:
familia, comunidad, profesores, y alumnos.
Para que
este proceso sea efectivo, se ha de favorecer un trabajo colaborativo entre estos
distintos agentes, tomando como punto de partida los diferentes intereses
implicados y las aportaciones de un marco teórico interdisciplinar.
Despliegue curricular para el desarrollo integral del deficiente: objetivos
y actividades
El
trabajo en Educación Especial no se reduce sólo adeterminar qué oficios pueden
desempeñar los deficientes o qué perfiles profesionales se deberían cubrir,
sino que, además, requiere un conocimiento de las características de los sujetos,
sus habilidades, actitudes y limitaciones, así como un conocimiento y reflexión
acerca del buen funcionamiento del Centro, de un efectivo proceso de enseñanza,
de un análisis y valoración del contexto y la favorable combinación de todos
estos factores para poder ofertar una óptima formación y una eficaz inserción
social.
Para
lograr estas metas, los objetivos y actividades de la Orientación Vocacional
irán dirigidas a tres dimensiones fundamentales del individuo : personal,
escolar y profesional. Asimismo, se consideran sujetos del proceso orientador
los alumnos, los profesores, la familia y la comunidad.
Objetivos y actividades dirigidas al
alumno
Van
encaminadas a lograr una formación intelectual, instrumental y profesional, así
como un desarrollo en la esfera afectivo social y de la personalidad (Hernández
y Santana, 1988).
En líneas
generales, hay que considerar las peculiaridades que presenta la realización de
tareas dentro del ámbito de la Educación Especial: han de ser sencillas,
desmenuzadas en pasos simples, variadas, apoyadas en diversos materiales y
encaminadas en todo momento a la superación del individuo.
Las
actividades se pueden dividir en:
‑ Actividades dirigidas a la maduración
personal. El desarrollo de los deficientes tiene la peculiaridad de ser un
proceso difícil y lento, que exige abordar de forma conjunta todos los aspectos
que inciden en dicho desarrollo.
‑ Actividades de preparación profesional. Se
plantean como una secuencia a seguir. Resulta atrayente la construcción de
talleres de trabajo donde los alumnos adquieran y potencien diferentes
habilidades en función de sus posibilidades e intereses. Estos talleres serán
planificados por todo el equipo y serán puestos en práctica por los monitores,
profesores de taller y terapeutas. Para su organización se tendrán en cuenta
los diagnósticos de los alumnos, el grado de deficiencia, las demandas u
opciones del mundo laboral y un estudio de las habilidades requeridas para cada
uno de ellos. En estos talleres, los alumnos que puedan se prepararán para
acceder primeramente a empresas protegidas con las que habrá establecido
contacto el equipo. Esta formación y experiencia les va a posibilitar adaptarse
al mundo laboral.
Transcurrido
el tiempo suficiente, los sujetos podrán incorporarse a aquellas empresas para
las que estén cualificados o crear corporaciones entre ellos, cumpliendo los
mismos requisitos que cualquier trabajador.
‑Actividades para la adquisición de hábitos
sociales. Estas actividades no pueden ser olvidadas, puesto que
uno de los objetivos principales que se busca es el desenvolvimiento del
individuo dentro de su comunidad. La habilidad para relacionarse, la capacidad
para crear amistades, el desarrollo de hábitos de convivencia, la aceptación de
las normas sociales, etc. son algunos de los aspectos que deberían
desarrollarse.
‑
Junto a las actividades reseñadas anteriormente, se desarrollarán otras de
apoyo que permitan superar las distintas dificultades y lograr la integración
plena. Con ellas se busca responder a las necesidades ñsicas, psíquicas,
sociales, educativas y profesionales de los deficientes.
Objetivos y actividades dirigidas al profesorado y
al centro escolar
Hay que
destacar dos niveles principales de actuación:
‑ Objetivos y actividades en el ámbito educativo. Tendrán
lugar a lo largo de todo el proceso formativo. Se trata de asesorar al
profesorado en toda la amplitud y complejidad del proceso de enseñanza‑aprendizaje.
El orientador ha de ser principalmente el encargado de dinamizar la
participación, reflexión y toma de decisiones docentes.
‑ Objetivos y actividades en el ámbito
profesional. Van referidas a todos aquellos aspectos que deben tener
en cuenta los profesores, los Departamentos y el centro en general para lograr
una buena formación profesional y social del sujeto.
Objetivos y actividades dirigidas a la familia y a
la Comunidad
Se
engloban en este apartado todas aquellas actuaciones orientadas a la
consecución de los derechos y necesidades del deficiente, así como la
conveniencia de ofrecer entre todos una actitud favorable hacia la integración.
La evaluación
El
propósito de la evaluación es ofrecer información acerca de cómo se ha
desarrollado todo el proceso, posibilitando a la vez que se lleve a cabo una
reflexión y un replanteamiento de toda la acción, junto al esclarecimiento de
las futuras vías de actuación.
Algunos
factores a tener en cuenta relacionados con la evaluación serian:
Con
respecto a los profesores:
‑
Interés por las actividades realizadas.
‑
Valoración de la organización.
‑ Grado
de satisfacción por el desempeño de su rol profesional.
‑
Influencia de los alumnos.
‑
Grado de implicación en los programas.
‑
Trabajo colaborativo.
Con
respecto a los padres:
-
Interés por las actividades realizadas.
-
Valoración de la información recibida.
-
Actitud hacia el desarrollo de los hijos. ‑
-
Influencia en el desarrollo vocacional. ‑
-
Grado de colaboración con el desarrollo del programa.
-
Expectativas con respecto a la orientación.
Con
respecto a los alumnos:
-
Grado de satisfacción en las actividades realizadas.
-
Importancia de la Orientación en el desarrollo vocacional.
-
Grado de satisfacción respecto a las opciones elegidas.
-
Nivel de participación en las actividades realizadas.
-
Grado de integración alcanzado.
Estos factores no tienen un carácter exclusivo, sino que intentan
ser una guía para llevar a cabo una evaluación formativa y procesual.
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Apéndice
Referidos
al alumno:
A) Madurativos:
- Atender a que se lleven a cabo en el centro todos los
requisitos necesarios para la integración. Estos requisitos serían a nivel
motriz, conceptual, de comunicación y de socialización.
-Promover la autonomía e independencia.
-Que el alumno tome conciencia de cual es su situación
educativa y cuales son sus rasgos y conductas características (conocimiento de
sí mismo).
- Ser conscientes de la importancia de tener una actitud
reflexiva, activa y participadva.
- Poner en conocimiento del alumno las técnicas necesarias
para mejorar su rendimiento.
B) Profesionales:
‑Potenciar que se lleven a cabo en el centro las habilidades
y destrezas necesarias para la realización de diferentes actividades.
-Despertar el interés y las inclinaciones hacia las
diferentes actividades
. ‑ Posibilitar el tránsito del alumno de la
formación a la realización de un trabajo.
‑ Motivar en
cooperación con los maestros de taller conductas y comportamientos laborales:
asiduidad al oficio, cumplimiento del horario, hábitos de socialización e
higiene.
‑ Lograr que
e) alumno efectúe una toma de decisión lo más adaptada posible a sus
características personales y ambientales.
‑Familiarizar
a los alumnos con las opciones profesionales que más le interesen.
Proporcionar
información profesional sobre el mundo ocupacional.
C) Sociales:
‑ Posibilitar el desarrollo y control emocional.
‑ Fomentar el
trabajo en grupo y la toma de decisiones.
‑ Programar
actividades culturales, recreativas y creativas en las que se propicie la mayor
colaboración posible.
‑
Integración del deficiente en actos públicos, organizados por ayuntamientos,
asociaciones culturales, artísticas, etc.
‑ Potenciar
actitudes de solidaridad, aprecio y respeto tanto a sí mismo como al resto de
los compañeros.
Referidos al profesor:
A)
Profesionales:
-Asistir técnicamente al personal, apoyar, canalizar y
orientarlos asuntos y cuestiones planteadas en el centro.
‑ Dar a conocer a los profesores los servicios y
finalidades de la orientación y concienciarlos de su tarea .
‑ Dar a conocer a los profesores la necesidad de
trabajar en equipo.
‑ Negociar y promover diferentes alternativas
educativas y profesionales
. ‑ Coordinar los trabajos en los diversos talleres
de forma que aumente la calidad tanto en las habilidades como en las ofertas
disponibles.
B) Sociales:
‑ Propiciar un ambiente agradable de trabajo.
‑ Fomentar la comunicación y cooperación entre
compañeros. ‑
-Posibilitar que todo el Centro posea un clima cordial y
agradable, así mismo, tomar medidas necesarias ante diferentes problemas que
surjan.
‑ Propiciar la toma de decisiones conjunta, haciendo
de dinamizador ante los posibles conflictos y dudas que surjan en el trabajo
escolar.
‑ Posibilitar la autogestión progresiva del centro.
Referidos a la familia y a la comunidad:
A)Profesionales:
‑ Cumplir y hacer cumplir la normativa vigente sobre
la integración social del deficiente.
‑Concienciación de la Comunidad mediante campañas de
mentalización sobre la presencia de Centros especiales y la necesidad de
derribar barreras psicólogicas, sociales y arquitectónicas.
-Analizar la problemática familiar influyente en el desarrollo
de la madurez vocacional.
‑
Conciencias a los padres sobre cual debe ser su papel en la toma de decisión.
‑Detectar las expectativas de los padres y
adecuarlas a las posibilidades reales del niño.
‑ Facilitar una información clara en cuanto a becas
y otro tipo de ayudas.
B)Sociales:
-Disponer de una infraestructura adecuada para la
integración del deficiente.
‑ Establecimiento de relaciones entre el centro y
organismos oficiales así como empresas y entidades públicas
‑ Sostener relaciones afectivas tanto con los
usuarios del Centro como con las familias y asociaciones.
‑ Potenciar la creación de un medio familiar
adecuado para el desarrollo deldeficiente.
‑ Implicar a la familia en el proceso de evolución
personal e integración social del deficiente.
Actividades
Actividades
dirigidas al alumno:
A)
Actividades madurativas:
- Entrevistas individuales y colectivas que permitan un
acertado conocimiento de sí mismo y alternativas de mejora.
- Informar al alumnosobre el puntoenel que se encuentra en
diferentes períodos de su desarrollo y ladistancia a salvar en funció de las
metas propuestas.
- Informaciones sobro las alternativas reales que tiene
para posibilitar una consciente toma de decisiones.
‑ Adoptar una postura de disponibilidad que permita "escuchar"
los problemas que se le presentan al alumno y ofrecer vías de acción que
desarrollen la autonomía del deficiente para la elección y solución de sus
problemas.
B)
Actividades de preparación profesional:
‑ Asesoramiento en la construcción de talleres de
trabajo donde los alumnos adquieran y potencien diferentes habilidades.
- Supervisión y análisis de la evolución del proyecto
formativo y consiguiente asesoramiento e i requisitos necesarios para el acceso
al mundo laboral.
-
Seguimiento en el puesto de trabajo y/o en la formación de cooperativas de
trabajo. ‑
C) Actividades para la
adquisición de hábitos sociales:
- Técnicas de trabajo en grupo.
- Formación y dinámica profesional.
- Toma de decisiones, análisis y alternativas
D) Actividades de
apoyo y prevención:
- Ofertar información referente a todos los ámbitos del
mundo profesional.
- Ofertar la posibilidad
de formación en otras habilidades que exija el mismo, mejor o nuevo trabajo
elegido
- Detección precoz de los
problemas que puedan afectar al desarrollo de los alumnos y de sus necesidades
y dificultades, educativas y profesionales, así como un análisis de las causas
que han podido originar una inadaptación.
- Elaboración del Programa de Desarrollo Individual (PDI)
en colaboración con el profesorado y teniendo en cuenta las habilidades y
requisitos de una integración laboral.
- Potenciar el trabajo en equipo en las áreas de
estimulación temprana.
Actividades
dirigidas al profesorado y al centro:
A)Ambito
educativo:
*A nivel de centro:
‑ Promover grupos de
discusión sobre problemas que surjan o presenten los centros ( el orientador
actúa como dinamizador y coordinador).
- Propiciar la realización de un
Plan de Centro en el que se incluyan todos los aspectos pertenecieres formación
global y profesional del alumno.
* A nivel individual:
- Asesoramiento al profesorado
en los problemas con sus alumnos, facilitándole un diagnóstico y pautas de
intervención.
- Informar al profesorado sobre
los requisitos que han de adquirir sus alumnos para poseer una formacion útil
en su posterior integración social.
- Informar y formar al
profesorado en nuevas alternativas de acción docente.
B) Ambito profesional:
‑ Informar al profesor
sobre las habilidades y actitudes requeridas por los alumnos para acceder a un
puesto de trabajo. .
- Asesorar al profesor para que
lleve a cabo en el aula simulacros sobre distintas situaciones profesionales,
por ejemplo: entrevistas para un puesto de trabajo, rellenar solicitudes,
derechos del trabajador, etc
‑ Asesorar al profesor
sobre las posibles visitas que puede realizar con los alumnos para una
familiarización con las ofertes de trabajo y un análisis posterior en clase
sobre diversos futuros profesionales.
- Formar al profesor para que
lleve en el aula una formación en hábitos sociales como técnicas de dinámica de
grupos, charlas, coloquios, debates, etc.
- Orientación técnico‑pedagógica en los
claustros.
Actividades
dirigidas a la comunidad:
‑ Orientación a las
familias para provenir las causas que generan problemas de desarrollo y adaptación
personal, escolar y social.
- Actuaciones orientadas a
modificar las condiciones que generan inadaptación y/o fracaso del alumno y por
extensión, de la propia escuela.
Actividades
dirigidas a la familia.
- Informar a la familia a través de charlas y coloquios
sobre las características particulares del deficiente y las posibilidades para
desenvolverse en al vida, tanto a nivel social como laboral.
- Establecer contactos individuales con los padres para
tratar la evolución, necesidades y expectativas de su hijo
- Realizar debates, charlas
entre padres y profesores donde se comente entre ellos experiencias sobre la
vida de sus hijos.
-
Concienciar a los padres sobre la importancia de su papel
y su necesaria implicación en la vida social de su hijo.
* PEDRO ALVAREZ PEREZ, es Profesor de
Orientación Profesional y Vocacional de la Universidad de La Laguna. Trabaja en
el desarrollo de programas de orientación vocacional. BELEN HERNANDEZ LUIS, es
Licenciada en Padagogla. Trabaja en psicomotricidad en educación compensatoria.
IOSEFINA SANCHEZ RODRIGUEZ, es Profesora de Educación Psicomotriz de la
Universidad de La Laguna. Trabaja en teorías implícitas sobre la educación y
concepciones sobre la psicomotricidad. y en educación psicomotriz en sujetos de
educación especial.