Jesús Salinas
Grupo de Tecnología Educativa
Dpto. Ciencias de la Educación
Universitat de les Illes Balears
dcejsi0@ps.uib.es
Si oimos hablar de tramas de aprendizaje que permitirían el acceso del
estudiante a cualquier recurso educativo a través de cuatro redes (una que
facilitaría el acceso a cosas o procesos del aprendizaje formal; en la segunda
las personas harían públicas unas listas de sus habilidades, la tercera supone
una red de comunicaciones que permita a las personas describir las actividades
de aprendizaje a realizar y la búsqueda de compañeros para lograrla y por
último este servicio supondría un catálogo de direcciones y descripciones de
profesionales) puede parecer una definición de las posibilidades actuales de
las telecomunicaciones de cara a la educación. Sin embargo, fue escrito en el
año 70 por Illich. Las redes de telecomunicaciones parecen materializar, hoy, la
utopía de algunos de los movimientos de crítica y renovación educativa
aparecidos en los años 60, entre los que destaca el movimiento de
desescolarización, con Goodman, Reimer e Illich a la cabeza
Despues
de 25 años, algo parecido es lo que estamos comenzando a contemplar en el
panorama de las telecomunicaciones: Inmensas posibilidades de acceso a recursos
de aprendizaje por parte de los usuarios, gran cantidad de instituciones que
ofrecen sus recursos, posibilidades de interrelación a traves de sistemas
telemáticos y grandes catálogos y bases de datos.
El
desarrollo de las redes de comunicación, el crecimiento de las redes de
servicios integrados, la proliferación de satélites de comunicaciones, los
avances en la compresión y transmisión de datos, hacen posible un acceso cada
día más fácil y rápido a la información.
Y,
aunque, se ha de tener bien presente que la disponibilidad y facilidad de
acceso a la información no presupone educación, que duda cabe que se potencian
aspectos relacionados con la comunicación básicos para mejorar los procesos de
aprendizaje.
Es
lugar común que la enseñanza debe atender a los cambios tecnológicos que se
están dando en la sociedad. Y con más razón debe hacerlo la enseñanza superior,
universitaria o no, ya que al mismo tiempo que debe formar para esta misma
sociedad, puede y debe utilizar los avances de las telecomunicaciones para
mejorar los procesos didácticos que en su seno se desarrollan. Los cambios que
afectan, y afectarán, a las instituciones educativas configuran un nuevo
contexto, que para la enseñanza superior viene determinado, entre otros
factores, por:
*
Las reformas a que está sometida la enseñanza universitaria para adecuarse a
las necesidades sociales, que no sólo debe suponer un cambio en los títulos y
contenidos, sino que exige un nuevo enfoque de la enseñanza universitaria. En
efecto, el sistema de créditos que permite diversificar los itinerarios
académicos de los alumnos, la formación de grupos cada vez más heterogéneos
debido a las posibilidades de intervención de los alumnos en la configuración
del propio currículum, la introducción progresiva de las nuevas tecnologías de
la información que proporciona valiosas herramientas para los profesores, junto
a los cambios tecnológicos y sociales que han hecho variar, a veces
sustancialmente, el objeto de estudio, hacen necesario un cambio en la
enseñanza universitaria.
*
La necesidad de nuevos estilos de enseñanza que conduzcan a adecuar a los
tiempos de cambio a los futuros profesionales. Esto supone ante todo una mejora
de la comunicación didáctica que implica innovar dentro de la actividad
docente, lograr una enseñanza más activa (mejor un aprendizaje más activo), un
mayor protagonismo de los estudiantes en su propio aprendizaje, etc.. En
definitiva, enfrentarse con éxito a nuevas situaciones.
*
La aparición de nuevas situaciones de enseñanza-aprendizaje que abarcan desde
situaciones didácticas convencionales hasta modalidades de aprendizaje abierto,
en las que independientemente de si es presencial o a distancia, se proporciona
al alumno una variedad de medios y la posibilidad de tomar las decisiones sobre
el aprendizaje (Salinas y Sureda, 1992). Aquí, el alumno, tanto si está en la
institución, como si está en su casa, en el trabajo, etc... accede a una serie
de servicios mediante las telecomunicaciones: materiales standard como base de
datos, etc.. materiales específicos de formación, comunicación con el tutor,
posibilidad de interacción con otros,...
Como
respuesta a esta nueva situación, las telecomunicaciones presentan crecientes
posibilidades. Su integración en los procesos de enseñanza-aprendizaje debe
atender, sin embargo, a múltiples factores. Entre ellos, uno de los más
importantes es la disponilidad tecnológica. Es indudable que las instituciones
de educación superior deben disponer de las últimas ventajas que proporcionan
las telecomunicaciones. Ello, no obstante, no ha de suponer esperar la 'buena
tecnología', sino que deben ponerse en marcha proyectos utilizando la
tecnología disponible en el momento.
Desde
una perspectiva realista, son importantes los estudios sobre los costes, que
están relacionados en primer lugar con la tecnología (tipo de tecnología a
emplear, distancia y otros aspectos geográficos, existencia y disponibilidad de
la tecnología, etc...), y en menor medida con los aspectos relacionados con el
curriculum, la formación del personal, el diseño y producción del material,
etc...
Junto
a estos estudios, en las universidades españolas y salvo excepciones, se ve
como necesaria una mayor investigación tanto en lo referente a los componentes
tecnológicos, como a los didácticos, y un mayor número de experiencias cooperativas
de producción y de investigación.
Las
redes, además de proporcionar variadas posibilidades comunicativas, configuran
nuevos sistemas de enseñanza ya que no solo inciden en los aspectos
tecnológicos, sino que afectan tanto a los sujetos del proceso de aprendizaje,
como a la organización.
Las
coordenadas espacio-temporales, por ejemplo, en las que se desarrollan las
experiencias de enseñanza-aprendizaje a través de las telecomunicaciones tienen
poco -y cada vez menos- que ver con las que se han manejado en los sistemas
tradicionales de enseñanza. Para designarlas ha surgido el concepto de
"ciberespacio", un universo paralelo creado y sustentado por el mundo
de los ordenadores y las líneas de comunicación al que se accede mediante
cualquier ordenador conectado al sistema desde cualquier lugar y que permite
enlazar con cualquier otro punto (Benedikt, 1992). O como lo denomina Mitchell
(1995) 'bitesfera'. Se trata de una geografía mental común, de un territorio
hormigueante de datos y configuraciones y que en palabras de Martínez (1994) se
nos presenta como el instrumento conceptual que nos permite definir el 'lugar'
en el que se desarrolla el proceso de enseñanza-aprendizaje, independientemente
del lugar físico que ocupen cada uno de los sujetos y medios implicados en el
proceso.
La
creación de un ciberespacio educativo para la educación superior, que anula las
barreras del espacio físico, permite la aparición de nuevos "lugares"
educativos y de nuevas relaciones de enseñanza suele abordarse bajo conceptos
como campus virtual, aula virtual, campus en línea, clase electrónica, campus
electrónico.... Conceptos que vienen a plasmar en el ámbito de la 'aldea
global' de McLuhan, lo que los utópicos de la desescolarización llamaron el
'aula sin muros', y que muchas de sus características, salvando las distancias,
parecen concretarse en los sistemas de enseñanza organizados alrededor de las
redes interactivas de telecomunicaciones.
Estas
están siendo utilizadas de muy diversas maneras (Harasaim, Hiltz, Teles y
Turoff, 1995): Lo mismo se utilizan para enlazar aulas de diferentes lugares
-se comparten información y recursos, y se potencian proyectos comunes e
interacción social como ocurre p.e. en los llamados círculos de aprendizaje
(Riel, 1993)-, o bien como sistema de distribución de cursos on-line -en
sustitución de las clases para alumnos de una misma institución (clase
virtual)-, o en experiencias de educación a distancia -facilitando la
comunicación entre tutor y estudiante, el aprendizaje colaborativo, proyectos
de grupo y discusión entre estudiantes-, y también utilizados en redes de
conocimiento que usan enlaces electrónicos entre diferentes comunidades de
enseñanza y aprendizaje para facilitar la adquisición de información y la
construcción de conocimiento que representa una activa forma de aprendizaje
informal e intercambio de información.
Un
campus electrónico se caracteriza por la utilización de variadas tecnologías de
la comunicación para lograr entornos de aprendizaje efectivos y la interacción
de estudiantes y profesores (Kurshan, 1991). Los cambios respecto a las
situaciones tradicionales no solo se dan en relación al contexto de la
enseñanza, sino también en relación al contenido, y suponen además un cambio de
perspectiva tanto por parte del alumno, como del profesor.
Dos
objetivos se plantean a un sistema de este tipo (Hiltz, 1992):
*
La mejora del acceso a experiencias educativas permitiendo a estudiantes e instructores
participar en comunidades de aprendizaje remoto en tiempos y lugares adecuados.
Para ello, se utilizan ordenadores personales en el hogar, en el campus o en el
trabajo.
*
La mejora de la calidad y efectividad de educación utilizando el ordenador para
apoyar procesos de aprendizaje colaborativo, entendido el aprendizaje
colaborativo como aquel proceso de aprendizaje que hace incapié en los
esfuerzos cooperativos o de grupo entre el profesorado y los estudiantes, y que
requiere participación activa e interacción por parte de ambos, profesores y
alumnos.
En
definitiva, el acceso desde una estación de trabajo multimedia a las distintas
redes puede proporcionar un entorno de comunicación -sincrónica y asincrónica-
multidireccional, un espacio -un ciberespacio- que puede reforzar la
colaboración e interacción y que simula, y quizá mejora, la clase convencional.
En este contexto encontramos nuevos desafios a la colaboración educativa
mediada, tales como la necesidad de reformular el diseño del curriculum y los
métodos de enseñanza usados, el entrenamiento de profesores y estudiantes, la
determinación de la viabilidad y perdurabilidad de las tecnologías de
telecomunicación, etc.. (Harasim, 1993).
El
ámbito de aprendizaje, pues, varía. Las tradicionales instituciones de
enseñanza pasan a constituir simples nodos de un entramado de redes entre las
que el alumno-usuario se mueve en unas coordenadas más flexibles y que hemos
denominado ciberespacio. Los cambios en estas coordenadas espaciotemporales traen
consigo la aparición de nuevas organizaciones de enseñanza que se articulan por
una parte en uno o varios centros de aprendizaje para configurar el llamado
campus electrónico, y por otra se constituyen como consorcios o redes de
instituciones. En ambos casos los sistemas de enseñanza se caracterizan por la
modularidad y la interconexión y tienden a un incremento en el acceso y en la
calidad de la educación.
Una
institución educativa que se apoye en redes de aprendizaje, no puede limitarse
a proporcionar sus propios materiales para el acceso de sus estudiantes desde
el propio hogar o desde uno o varios centros de aprendizaje. Las
telecomunicaciones acercan al usuario, y a ello debe contribuir la institución,
distintos servicios que pueden agruparse en cuatro categorías (Romiszowski,
1994): de comunicación (el servicio informa a la gente, hay intercambio de
información), entretenimiento (la gente disfruta del material y de su uso),
motivación (la gente es influenciada, persuadida, convertida....) y de
educación (se aprende algo del material).
Sea
cual fuere el escenario de aprendizaje en que se encuentre el usuario (el
hogar, el centro de trabajo, el centro de aprendizaje), el campus virtual o
electrónico debe proporcionarle la oportunidad de acceder a una diversidad de
servicios que pueden incluirse en alguno de los cinco grupos, que apoyándonos
en Willis (1991), proponemos:
1)
De obtención de servicios e información standarizados disponibles en la sociedad
(información meteorológica, de compañías aéreas, informaciones oficiales,
etc...)
2)
De obtención de servicios especializados de información que existen en cada
campo académico y profesional y que suelen ser accesibles para los miembros de
la disciplina o de la profesión.
3)
Intercambio de nuevos conocimientos surgidos tanto de la investigación básica y
aplicada como de la práctica profesional. Los foros convenionales para este
intercambio están cambiando y las redes de telecomunicaciones se presentan como
una opción para un intercambio rápido y eficaz. En este ámbito, cada día son
más numerosas las disciplinas que públican periodicamente electrónicamente,
aunque todavía no suelen ser versiones completas de los materiales impresos.
Aunque en el campo de las tecnologías esto se está dando cada vez con mas
frecuencia. Por otra parte las conferencias electrónicas, vendrían a sustitur
los encuentros cara a cara de intercambio académico y profesiona.
4)
Facilidad para la colaboración para mejorar las aptitudes y resolver problemas.
Este tipo de colaboración es requerida más que el simple intercambio de
información. Intercambio de ideas, compartir experiencias y discutir soluciones
a las dificultades que se dan entre profesores, por ejemplo, pueden dar lugar,
a través de redes a grupos de trabajo mucho más aplios y diversos que olos del
propio centro.
5)
Colaboración para crear nuevo conocimiento. Al igual que el anterior, esta
categoría de servicios supera el simple intercambio de información. Distintas
personas trabajan juntos durante largos periodos para lograr metas compartidas:
Un grupo de universitarios escribiendo un artículo en común, la realización de
investigaciones por equipos de profesores de distintas universidades, el
intercambio de borradores y planes de trabajo.... constituyen típicos ejemplos
de esta categoría. En gran medida, estos sistemas aplicados al aprendizaje,
recogen gran parte de las características de los sistemas de teletrabajo, o del
teleintercambio (Dao, 1990; Martínez, 1994; Min 1994).
Las
dos primeras categorías son, y cada vez lo serán más, rutinarias, y aunque debe
considerarse la calidad y exactitud de la información, no constituyen las
principales razones para seleccionar un servicio educativo. No obstante, el
aumento en número y calidad proporcionará mayores oportunidades para el acceso
al conocimiento. En cuanto a los servicios comprendidos en las tres últimas
categorías marcan las perspectivas de futuro de las redes de telecomunicaciones
utilizadas en la enseñanza superior y en la formación ocupacional de alto nivel
en las empresas.
Por
ello, creemos que las instituciones superiores, a través de sus propios centros
de aprendizaje o por otros medios deberían proporcionar los siguientes
servicios:
a)
Servicios de información genérica:
*
Catálogo de organismos e instituciones internacionales
instituciones en el campo científico, educativo,
medio ambiente...
Asociaciones internacionales, ONG......
*
Catálogo de otros servicios en INTERNET afines
Servicios en INTERNET de las instituciones
anteriores
concexión con ellos desde el catálogo
News, publicaciones electrónicas, etc..
*
Catálogo de otros servicios afines en otras redes
*
Información sobre la red de formación, sobre los servicios, etc.
Introducción y descripción de la red de formación
Aspectos administrativos, etc..
Descripción de los servicios siguientes
b) Servicios de información específica
*
Catálogo de las instituciones asociadas
Listado, descripción y conexión
*
Catálogo de profesiones, puestos de trabajo
Necesidades profesionales
Etc...
*
Catálogo de cursos de las distintas instituciones asociadas
Listado por temas
Listado por instituciones
Información básica y conexión con admon.
*
Catálogo de los profesionales y expertos que participan.
Listado, datos, etc.. de los expertos y
profesionales
Función que desempeñan en la red.
*
Conexión con cada uno de ellos.
e-mail
Organización de las listas de discusión,
conferencias
*
Panel de anuncios
Programas y actividades
Agenda
c) Servicios de intercambio de conocimiento y encuentro de profesionales
*
Listas de discusión
temas y organizacion de las listas para distintos
temas
*
Conferencias electrónicas de distinto tipo
encuentro de profesionales de las distintas
instituciones
encuentro de profesionales del campo
encuentro profesores, alumnos, interesados...
Conferencias cerradas y abiertas..
*
Revistas y publicaciones electrónicas de la propia red
*
Panel de anuncios
Reuniones, conferencias, congresos, etc..
d) Servicio de actividades de formación
*
Orientación sobre las actividades de formación
*
Distribución de materiales de formación
*
Conferencias y grupos de discusión
Organización de conferencias para cada curso o
actividad
*
Servicios de intercambio social, etc..
*
Actividades de aprendizaje
Devolución de las actividades y ejercicios de
formación
*
Tutoria
*
Evaluación
e) Servicio para la colaboración en la creación de nuevo conocimiento
*
Organización de grupos de profesionales para la investigación conjunta
*
Creación cooperativa de materiales de aprendizaje.
*
Intercambio de los resultados de la investigación
*
Información de proyectos y programas de investigación y desarrollo. (Panel de
anuncios)
Los
distintos servicios que mediante las telecomunicaciones pueden proporcionar
servicios educativos en un campus electrónico pueden configurarse como centros
de aprendizaje. Cada institución, al mismo tiempo que constituye un nodo en el
consorcio o red de aprendizaje, puede establecer uno o varios centros de
aprendizaje.
EL
concepto de centro de recursos de aprendizaje o centro de aprendizaje,
simplemente, disfruta de cierta tradición pedagógica. Wang (1994) apoyándose en
Merrill (1977), McPheeters (1980) y Langhoff (1980) lo describe como un área o
áreas donde el estudiante individual o en grupo puede ir a aprender a través
del uso de medios, y entre las principales funciones que debe cumplir incluye:
*
Proporcionar materiales instruccionales.
*
Facilitar la utilización óptima del material en los entornos de aprendizaje
adecuados
*
Aportar una organización eficiente y efectiva que porporcione un servicios
reales y no solamente un ámbito de autoservicio.
En
la actualidad, podríamos concebir un centro de recursos de aprendizaje como un
servicio organizado en el seno de una institución, de una empresa o como una
organización externa dedicada a la formación. En cualquier caso, sus funciones
están relacionadas con la gestión de los programas y cursos propios y ajenos,
con el acceso a variados recursos de aprendizaje a través de redes y con el
asesoramiento y la tutoría.
En
el caso de las instituciones el centro de recursos de aprendizaje tiende a
confundirse cada vez más con la institución misma o parte de ella. En muchos
casos, podría coincidir con las instalaciones de actividades presenciales de
las mismas. No es suficiente, ya, custodiar y gestionar materiales de
aprendizaje para una institución u organización aisladamente.
Un
centro de formación de estas características ofrece una mayor disponibilidad
tecnológica y recursos de aprendizaje (en el propio centro o mediante acceso)
más potentes. Aquí, ya no se trata solamente de utilización de tecnología de
comunicación social con fines de formación, sino de disponer de tecnología
destinada específicamente al aprendizaje.
Pero,
además, debe cumplir la función que Dunnett (1985) adjudica al Centro de
Control Curricular de servir de conexión con el exterior. Y en este caso, el
Centro de Recursos de Aprendizaje debe servir para poner los recursos de la
propia institución no solo a disposición de los usaurios propios, sino de todos
los posibles usuarios que accedan por la red.
Las
telecomunicaciones no son las que forman verdaderamente las redes. Para que
exista una verdadera red, en este caso relacionada con el aprendizaje superior,
se necesita un entramado de personas, tecnología e instituciones, donde el
elemento más importante lo constituye el factor humano desde el momento en que
decide compartir recursos o cooperar en su creación.
Así
pues, una red de aprendizaje la constituirían instituciones y/o personas que
quieren promover un proyecto de formación en común en el que los
usuarios-alumnos acceden a los materiales de aprendizaje independientemente de
la institución de origen y puede establecerse una interacción entre los
profesores y alumnos de las distintas instituciones. Y en la actualidad, para
desarrollar proyectos de esta naturaleza es obligado apoyarse en las
telecomunicaciones.
La
organización en esta situación resulta considerablemente afectada por la
diversidad de usuarios de la red. Debemos dirigirnos a alumnos-usuarios de las
mismas instituciones con mayor o menor grado de presencia en el campus, debemos
considerar a los profesores que posiblemente se encuentren en las mismas condiciones,
pero también hemos de tener en cuenta a posibles usuarios -alumnos y
profesores- que no pertenezcan a las instituciones. Se han de considerar
aspectos relacionados con la matrícula, la evaluación etc. en los centros
remotos o en los más cercanos, etc..
Es
necesario proporcionar una organización central en la que las instituciones
puedan encontrarse e interactuar y que proporcione servicios y experiencia
técnica y administrativa a los miembros de la organización.
Esta
organización central, además de coordinar los servicios adminsitrativos de la
red, debe servir de enlace y promover el máximo grado de interacción. Ello no
quiere decir que se organice una estructura jerárquica, sino que todas las
instituciones asociadas son autónomas.
Habría
que determinar las aplicaciones más adecuadas a las actuaciones previstas, pero
en principio parece conveniente una combinación de comunicación sincrónica y
asincrónica. La primera contribuiría a motivar la comunicación, a simular las
situaciones cara a cara, mientras que la segunda ofrece la posibilidad de
participar e intercambiar información desde cualquier sitio y en cualquier
momento, permitiendo a cada participante trabajar a su propio ritmo y tomarse
el tiempo necesario para leer, reflexionar, escribir y revisar antes de
compartir las cuestiones o información con los otros. Se trataría por lo tanto
de una red apoyada en:
*
Videoconferencia que posibilitaría la asistencia remota a sesiones de clase
presencial, a actividades específicas para alumnos a distancia, o a desarrollar
trabajo colaborativo en el marco de la presencia continuada.
*
Conferencias electrónicas, que posibilita la comunicación escrita sincrónica,
complementando y/o extendiendo las posibilidades de la intercomunicación a
distancia.
*
E-mail (correo electrónico, listas de discusión,...), que suponen poderosas
herramientas para facilitar la comunicación asincrónica.
*
Apoyo Web que servirá de banco de recursos de aprendizaje donde el alumo pueda
encontrar los materiales además de orientación y apoyo.
*
Otras aplicaciones INTERNET: Gopher, FTP, TELNET......
De
esta forma, los alumnos-usuarios sean presenciales o no, participen desde un
aula convencional o desde uno de los centros de aprendizaje o desde el propio
hogar, pueden formar grupos de aprendizaje con estudiantes de otras
universidades, tanto a escala nacional como internacional, compartir ideas y
recursos, interaccionar con expertos, colaborar en la elaboración de proyectos
comunes,....
Los
profesores, por su parte, además de participar en estas experiencias,
encuentran la oportunidad de interaccionar con otros profesores y compartir
ideas.
Al
final se está ofreciendo la oportunidad para la interacción sobre cualquier
tema, con colegas y expertos de todo el mundo, la participación activa en la
construcción del conocimiento y el intercambio de información. Las redes de
aprendizaje representan una alternativa organizada para el aprendizaje
continuado.
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